Hay gente que ves una vez al año, un primo o un tío y las Navidades por ejemplo hace que sea ese momento especial, pues con el director Keoni Waxman y Steven Seagal debe pasar algo parecido, pero estos en vez de irse de cañas se hacen una peli juntos en un día como mucho y adiós muy buenas, hasta el año que viene Steven que ya me inventaré otra mierda mientras hago una pizza en el microondas.

El señor Steven hace de un ex agente especial que un día mata al novio de una mujer que está siendo maltratada en la calle al tratar de defenderla. La chica y nuestro protagonista llegan a un acuerdo para quedarse el dinero que llevaba el novio en el maletero del coche.

La película es una mierda de principio a fin, un guión absurdo, con situaciones y conversaciones rocambolescas, ojito a las charlas entre Seagal y la pibaza, charlas que suponen la mitad del metraje y que transcurren en un coche o en una habitación. Poca acción, mal rodada y poco más os puedo recalcar, ya que tampoco la presté mucha atención, mientras, tenía un casco escuchando Tiempo de Juego en la Cope.

Lo mejor la chiquita y sus modelitos.