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Voto de FATHER CAPRIO:
8
30 de septiembre de 2010
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se dice, se habla, se comenta que son 1000 películas las que hay que ver antes de pasar a mejor vida (hipotéticamente hablando lo de mejor). Pues bien, el patrocinador de la idea se quedó absolutamente corto. ¿Cómo no incluir las películas de Mae West?. Mito del cine, diosa de la provocación, icono del arte - hasta Dalí plasmó sus morritos - tormento de Mr Hays (el de la Comisión), éxtasis en masculino y plural. ¿Cómo le gustan los hombres? "Nacionales y extranjeros" (Mae dixit). Mas vale un hombre en casa que dos en la calle (Mae también dixit).
Pongan una Mae en su vida cinéfila. Se lo recomiendo. Sin esperar figuras estilizadas porque haberlas no háilas. Ellos las prefieren gordas y apretás, pero desinhibidas y con joie de vivre. Pongan ustedes los sinónimos que deseen. Ponga una Mae en una isla desierta y al naufrago le dará igual que haya cerveza y fútbol. Pero Mae solo hubo una e irrepetible. Nos gusta de mala, de buena y hasta de regular.
Con él no llegó el escándalo. Llegó con ella. Una vida dedicada al vodevil que se incorpora tardíamente al cine, frisando los cuarenta. Pero Mae West no necesitó más y con apenas siete u ocho películas se hizo un hueco en las enciclopedias del séptimo arte, en el capítulo dedicado a glamoures y sex simbols en estado puro.
Belle of The Ninettes (en español, No es pecado) es un film de visión obligada. Su único pero es que superó el filtro Hays. Al contrario de su título versión hispana, es un pecado no verlo, especialmente si también les gusta un pianista de color llamado Duke Ellington. Ahora, eso si, me he empeñado en ver algo de su etapa pre. Pura historia del cine, sí señor. Y es que..."Había una vez Mae West"
Pongan una Mae en su vida cinéfila. Se lo recomiendo. Sin esperar figuras estilizadas porque haberlas no háilas. Ellos las prefieren gordas y apretás, pero desinhibidas y con joie de vivre. Pongan ustedes los sinónimos que deseen. Ponga una Mae en una isla desierta y al naufrago le dará igual que haya cerveza y fútbol. Pero Mae solo hubo una e irrepetible. Nos gusta de mala, de buena y hasta de regular.
Con él no llegó el escándalo. Llegó con ella. Una vida dedicada al vodevil que se incorpora tardíamente al cine, frisando los cuarenta. Pero Mae West no necesitó más y con apenas siete u ocho películas se hizo un hueco en las enciclopedias del séptimo arte, en el capítulo dedicado a glamoures y sex simbols en estado puro.
Belle of The Ninettes (en español, No es pecado) es un film de visión obligada. Su único pero es que superó el filtro Hays. Al contrario de su título versión hispana, es un pecado no verlo, especialmente si también les gusta un pianista de color llamado Duke Ellington. Ahora, eso si, me he empeñado en ver algo de su etapa pre. Pura historia del cine, sí señor. Y es que..."Había una vez Mae West"