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España España · sevilla
Voto de Jlamotta:
7
Thriller Craig, un padre de familia en plena crisis económica, ahoga sus penas en un bar cuando un desconocido le propone un trato: le dará cierta cantidad de dinero si va cumpliendo una serie de acciones, a cada cual más extraña y violenta. Lo que comienza como un juego terminará en delirio. (FILMAFFINITY)
17 de octubre de 2013
5 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para hablar de Cheap Thrills, antes hay que hacerlo de Breaking Bad, la serie que ha revolucionado el panorama televisivo en los últimos años. Quienes me conocen saben que me puedo enrollar como una persiana hablando de la serie, así que intentaré ser breve y conciso. La serie de AMC, recientemente terminada, ha ido un paso más allá en la exploración de los recovecos de la maldad humana. Transformar a alguien bueno en la encarnación del diablo es algo que jamás habíamos visto en una serie de televisión, ya que los personajes malvados habitualmente ya lo son al comienzo de la serie de turno. En una sociedad que ama a los "malos" televisivos como Dexter, Tony Soprano o Don Draper, el personaje de Walter White cruzó barreras que hasta el momento ni se divisaban de lejos. Y ahora es el momento de estar atentos a los productos que se van estrenando, pues su influencia va a ser capital en muchos de ellos. Es el caso de Cheap Thrills, que desde el inició presenta un personaje muy a lo Walter White. En los primeros cinco-diez-minutos ya sabemos todo esto de él, además de dejar claras sus notables referencias a la serie de la metafentamina azul:el protagonista tiene un trabajo de mierda como mecánico que no le da para mantener cómodamente a su familia, que son su mujer e hija recién nacida (a Walt apenas le daba con dos empleos como profesor y trabajador en un lavadero de coches), le despiden (Walt se despide de un trabajo y posteriormente es despedido del otro ), es un escritor fracasado (Walt tiene un conocimiento excepcional de la química y ciencia pero no ha triunfado en la vida), recibe una carta de desahucio y necesita 4500 dólares para evitarlo (Walt se entera de que tiene cáncer y necesita más de 700000 dólares para proveer a su familia cuando muera), vuelve a encontrarse con un viejo conocido del pasado y ambos se meten en asuntos turbios (Walt se reencuentra con Jesse y comienzan a cocinar metanfetamina). Yo diría que los parecidos son evidentes. Pero el discurso de Cheap Thrills se decanta por la obsesión por el dinero en nuestra sociedad y no tanto por el poder, como ocurría en Breaking Bad. E.L. Katz, Trent Haaga y David Chirchirillo (guionistas los dos últimos) crean un cuento (in)moral sobre la trascendencia del dinero en nuestra comunidad, hasta donde llegaría el ser humano por tener más y más. El dinero nos cambia, nos hace esclavos suyo, viviendo siempre pendiente de tener el suficiente, de gastarlo, de no gastarlo, de ahorrarlo, de conseguir más. Y así, nuestra avaricia crece a medida que lo hace nuestra necesidad económica. Creo que todos hemos pasado por penurias de este tipo en algún momento de nuestra vida, de ahí la facilidad con la que nos ponemos en el lugar de los protagonistas. Es posible que la mayoría no hiciéramos cualquier cosa por dinero, al menos no si podemos evitarlo. Pero en una situación realmente desesperada, de vida o muerte, ¿Acaso no nos ofreceríamos nosotros también a matar al perro del vecino por unos billetes? Porque ahí está la clave de la película, en ir observando paso a paso la degradación de los valores humanos y en pensar constantemente, ¿Qué haría yo? ¿Haría "eso" qué me están pidiendo por ese dinero? ¿O yo pediría más? En el momento en que nuestra mente comienza a realizar esas elucubraciones, hemos perdido. Pues el solo hecho de pensarlo, de meditarlo, demuestra la existencia de una posibilidad de hacer algo horrible y asqueroso por dinero, siempre por el jodido dinero.

En este caso, la simple proposición o planteamiento ya conlleva un peligroso componente de prostitución física y mental. Es el primer paso para caer en las redes de las justificaciones interesadas. Cierto que los protagonistas tienen buenas razones para hacer todo lo que hacen a cambio de dinero. Uno quiere salvar del desahucio a su familia y el otro quiere salir de la vida mediocre que lleva. Pero hay momentos en los que nos preguntamos que hay de verdad en sus objetivos y que grado de ambición sería el correcto para definirles. ¿Acaban de descubrir los personajes su adicción a las emociones fuertes? ¿A la adrenalina? ¿Incluso al sadomasoquismo emocional? Cheap Thrills es una película que te hace sentir profundamente culpable, al hacernos reír a carcajadas en momentos donde lo que de verdad está ocurriendo en pantalla es algo agudamente dramático. Pero es el punto fuerte del film. Mantener un complicado equilibrio entre el drama de terror y la comedia negra (negrísima), donde cuanto mayor es el sufrimiento de los personajes, mayor es nuestra satisfacción.

Sigo en spoiler sin ser spoiler
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jlamotta
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