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España España · sevilla
Voto de Jlamotta:
3
Thriller. Intriga Camiel Borgman llama a la puerta de la casa de una familia burguesa que vive en una apacible zona residencial. ¿Quién es Borgman? ¿Un sueño, un demonio, una alegoría o la encarnación de nuestros miedos? (FILMAFFINITY)
12 de noviembre de 2013
20 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay películas mediocres que, inexplicablemente, caen en gracia, tienen su público e incluso algunas logran el calificativo de "película de culto". En el terreno de la comedia negra hay sobrados ejemplos de ello, ya que es un género que suele funcionar bastante bien en un determinado tipo de sector gracias a gente válida como Quentin Tarantino, el primer Guy Ritchie y los hermanos Coen. Obviamente, los Coen se encuentran en un nivel superior respecto a los dos primeros, pues dominan indistintamente drama y comedia. Pues bien, hay películas que buscan explotar ese tipo de humor gamberro, parado a veces, incluso a seco, otras estridente. Y en esto nos llega Alex van Warderdam con su premiada Borgman, con un film raro que comienza con un grupo de vagabundos que viven debajo (literalmente) del bosque, huyendo debido a una población enfurecida. La cosa promete, pues la situación se desarrolla con fuerza y algo de humor. El protagonista, un enigma, cae bien. La labor de Jan Bijvoet es espléndida. Y hasta ahí. Esos diez primeros minutos son los mejores de la película, pues se nos es presentada una historia misteriosa con un protagonista del que deseamos conocer más y con un ambiente enrarecido. Los agujeros que Warmerdan deja entrever funcionan. Pero, como digo, eso es lo mejor que puedo decir de Borgman ya que, a partir de ahí, su estructura consiste en encadenar una acción estúpida e inexplicable detrás de otra. Warmerdam juega al surrealismo pero decide olvidarse de las normas por el camino. Es decir, tomar el camino fácil para sorprender a un público impresionable. Y lo triste es que lo consigue. El cine surrealista es anárquico, repleto de objetos incongruentes y locuras por doquier. Buñuel, Fellini, Lynch, Polanski e incluso Welles, se vieron fascinados por este movimiento tan libre y antiestético que permitía una libertad infinita a la hora de crear historias. Pero todos ellos sabían sus normas. Porque lo principal para saltarse las normas es saberlas. Para transgredir debes conocer tu ubicación y de lo que te rodea, porque de otra forma no eres más que un individuo dando palos de ciego, y cuyo acierto no es más que una casualidad. Warmerdam se dedica a recrear y elaborar poco a poco un mundo descontrolado donde reina el caos, donde los personajes circulan libremente sin oposición y donde nadie (y este es el principal impedimento del film) parece molestarse en lo más mínimo por nada. No todos los personajes son deliberadamente absurdos, sino que hay algunos de los que podemos considerar normales para que en su comparación con el resto, las incoherencias sean más pronunciadas. El problema es que estos personajes racionales y corrientes, construidos dramáticamente desde su primera aparición, obvian sistemáticamente este mundo surrealista que no solo les rodea, sino que les afecta de primera mano, de forma directa. Al ignorar cualquier atisbo de irrealidad aún cuando la tienen delante de sus ojos, estos personajes pierden automáticamente su razón de ser y se transforman en torpes herramientas de un director y guionista empeñado en no crearse ningún obstáculo en su camino. Un camino demasiado fácil.

Realmente podría terminar la crítica aquí, porque desde que la película traiciona la idea de base a la que se asocia, no merece casi nada la pena, pero voy a divagar algo más sobre esta "joya" de Cannes. Valga un ejemplo para explicar mi crítica (no es spoiler). Unos vagabundos contratados como jardineros se dedican a hacer y deshacer lo que les viene en gana en el jardín de la familia protagonista. Pues bien, ningún miembro de dicha familia, ni cuerdos ni no cuerdos, se altera lo más mínimo. Les dejan hacer, como si no pasara absolutamente nada. Puedo entender que haya un par de personajes a los que se les vaya la cabeza y estén "drogados" o se encuentren bajo el efecto de algún encantamiento. ¿Pero todos? Es una auténtica tomadura de pelo. Como así lo es también una premisa cogida por los pelos cuya construcción dramática deja mucho que desear. Todo sucede porque si, sin justificación, buscando provocar los nervios de los espectadores o la risa fácil con un humor negro digno de Chuck Lorre. Automáticamente pensé en Quentin Dupieux y en Rubber (2010) o Wrong (2012), cuyos argumentos son disparatados pero donde sus películas forman un todo donde los personajes comunes se preguntan que demonios ocurre. Reaccionan de forma natural ante hechos exagerados, intentando buscar una solución ante la confusión de la que son partícipes. El absurdo reina por doquier pero tiene una base ordinaria para, desde ahí, transforman el mundo del protagonista. Lamentablemente, en Borgman nadie se plantea nada y todo es aceptado a las primeras de cambio, por lo que el choque entre lo corriente y lo extraordinario no es mostrado.

Sigo en spoiler sin ser spoiler

@Jlamotta23
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jlamotta
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