Que se era la historia de un niño que no era hijo de nadie, tampoco amigo, salvo de una vaca, y que no sabía leer ni escribir.

Daniel Auteuvil protagoniza esta maravillosa cinta de un niño que encuentra en un viejo maestro de música y saltimbanqui un gran potencial en su voz melodiosa por los caminos, encontrándose tan solo como Pinocho podría estarlo cuando vagaba sin rumbo fijo de un lado al otro.
Pero tiene Remi también el dolor de no tener unos padres fijos, ya que su madre adoptiva no era quien él había pensado por más que la quiera, aquí el estilo del niño huérfano abusado y vendido por su padrastro rememora a David Copperfield.

Y es que el guión maravilloso de este cuento realista estriba en la mezcla de tantos elementos de otras obras, como las citadas, y esos caminos de un pueblecito de Italia, el encanto de Collodi, la luz de los Grimm, la sombra de Dickens planea sobre el niño Remi, bueno, dulce, pero con mala suerte hasta que Vitali se cruza en su camino.

Es en clave adulta que el niño finalmente decide contar su historia, lo que fue su infancia y lo extraordinario de su cuento. La sorpresa se abre paso en la película revelando un guión precioso y rico en matices más que perfecto, con unas interpretaciones destacables como en el caso de Zoe Boyle, injustamente relegada al olvido en el último acto pero estupendos Maleaume Paqun y Virginie Ledoyen.

Esta película hará las delicias de los que tengáis la lagrimilla fácil, ideada para ver en familia y para echar de menos tiempos anteriores.
Los personajes sin escrúpulos que se encontrará el niño serán igual que de importanes y destacables que los buenos, los clichés se van perdiendo en las dos horas en que el maestro y su no hijo de sangre pero sí espiritual, enseñarán lo que es el amor, el arte verdadero y la distancia.
Remi es la historia de un niño con voz de ángel pero con el corazón roto por no encontrar aquello que busca, una familia. El perro y el mono de Vitali le harán pensar de nuevo el lugar en que los amigos y las mascotas nos ocupa.