Es la primera película de género fantástico que he visto en mucho tiempo que no me ha aburrido y que he encontrado original e interesante, y sí hablo del aberrante cine actual, el cual ya no es capaz de aportar ni una sola idea inteligente o medio decente para ninguna película.

Sin embargo aquí estamos, con un Jack que mata a un gigante o más bien a varios venidos de la magia del cruel Pendragón, quien cual Próspero de Shakespeare desatará los mil infiernos de su magia negra hasta lograr el poder.

Con elementos de "Pulgarcito" , de "Jack y las habichuelas mágicas", "Blancanieves" e incluso de "La tempestad" de Shakespeare, nos encontramos con Judi Meredith, antigua patinadora de hielo que tiene una filmografía corta, pero selecta, como princesa Elaine y a Kerwin Mathews como Jack, el héroe risueño.

Con peleas a lo pelicula de piratas de Errol Flynn, con todos los efectos desplegados de los 50 para lograr las criaturas mágicas, un villano auténticamente espeluznante interpretado por Thorin Thatcher, una magia blanca y oscura, devenidos del duende y el mago malvado, y un país con miedo, esperando el retorno de la princesa, que es buena a momentos.

La historia resulta llena de sorpresas, giros argumentales que son brillantes, un vestuario magníficos, la personalidad de cada personaje plasmada de un modo realista, como la tiranía del villano y su deseo por gobernar Inglaterra o el amor del joven campesino por una mujer que está muy por encima de él.

Realidades tal cual que la magia altera o deja, o la nueva esperanza representada por el duende de la botella lo cambian todo. La película tiene muchas escenas graciosas, llenas de una acción que no te esperas, muchos nuevos personajes que van entrando, y hechizos y misticismo que jamás olvidarás.

Una película como pocas.