Una de tantas miniseries excelentes que telecinco hizo a finales de los noventa, como "Juana de Arco" o la mejor de todas, "Cleopatra" en 1999, con Leonor Varela. Esta Pimpinela tambien basada en la novela homónima de la baronesa de O. tiene como punto de partida importante que presenta un punto de vista actual, un toque moderno de las que las demás prescindían por el momento de su rodaje. El reparto está bien pero con algunos matices, para empezar Richard E. Grant es demasiado amanerado para el personaje, cierto que Percey Blakney es un tanto afectado cuando actúa de petrimetre en la corte, pero E. Grant se pasa de la raya, exagera demasiado y todo el mundo sabe lo que ocurre cuando un actor se entusiasma demasiado con el papel: raya lo grotesco en ocasiones, y al final al personaje no se le toma en serio. Por lo demás su interpretación es muy divertida cuando tiene que serlo y muy serio en los momentos de acción y drama, lo hace muy bien. Elisabeth McGovern siempre me ha gustado, pero aquí parece su madre en vez de su esposa, no tiene química con Grant. El que está mucho mejor es el malvado Chauvelin, Martin Shaw, pérfido y malo.. El guión es original y el resto del reparto se salva. Con unos rostros más conocidos unos que otros se ha ensartado una miniserie en tres episodios, que no necesitan nada más. Perfecta son las coreografías de esgrima.Me ha llamado la atención la ambientación de París, en la época de la revolución, está muy bien, más que incluso en otras películas de más presupuesto. En resumen, una miniserie del pícaro personaje pimpinela escarlata, entretenida y divertida, con un vestuario impecable, que si bien presenta a los personajes un tanto grotescos y giros absurdos, está narrada en un tono jovial, con una música simpática pero nada bonita.