Una de tantas magníficas historias de la gran escritora inglesa Catherine Cookson, siendo superventas en Inglaterra durante toda su vida e incluso después.
Cada historia que escribía como bálsamo para su sufrimiento personal, cada betseller vendido, libros basados en el amor en la desigualdad de clases, el honor, el dolor, la estima y dignidad personal en pertenecer a la clase alta o baja a la que se pertenezca y un engrandecimiento de los personajes a partir de su carácter propenso al mal o a una moral sin definición.

Esta película uno de los primeros trabajos de Jack Davenport, sin duda, interpretando al absoluto protagonista, Robert Bradley, un carpintero talentoso que es llamado por su tío para trabajar, pero pretendido demasiado por su prima quien le echa la culpa de un embarazo no bienvenido, y será a partir de aquí en qué comenzará una de las mejores historias de Cookson.

Por la lucha de Bradley de demostrar que no es lo que todos piensan, que él es él por encima de todos. Con el tiempo entra a trabajar en la mansión de una familia muy rica, los Thorman, formada por tres hermanos, de los cuales la mejor, Millie (absolutamente deliciosa Justine Wadell (actriz desaparecida que debiera de estar en el pódium de Hollywood hace décadas..) que vive en su propio mundo, sensible, y cariñosa, considerada por su egoísta padre como una carga. Sarah, será quien tome las riendas de todo, y el segundo personaje fascinante.

Catherine Cockson es una de las más grandes escritoras habidas en la tierra, sus obras deberían de ser dobladas a todos los idiomas al igual que sus libros.

De la pureza de Dickens, del desagarro de Bronte, del realismo romántico de Austen, bebe lo mejor en cada historia.

Un verdadero tesoro, hay que buscarlos así.