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España España · valencia
Voto de elquicio:
6
Drama. Comedia Principios del siglo XVIII. Inglaterra está en guerra contra Francia. Una reina debilitada, Anne (Olivia Colman), ocupa el trono, mientras que su amiga Lady Sarah (Rachel Weisz) gobierna en la práctica el país en su lugar, debido al precario estado de salud y al carácter inestable de la monarca. Cuando una nueva sirvienta, Abigail (Emma Stone), aparece en palacio, su encanto seduce a Sarah. Esta ayuda a Abigail, la cual ve una ... [+]
26 de enero de 2019
61 de 97 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tengo que reconocer que Carlos Boyero, en El País , me ha hecho dos tercios de la crítica. Toda una excepción. Malos tiempos estos en los que se encumbra a directores por el simple hecho de que alguien dijo un día -y cuajó- que eran la 'vanguardia', la modernidad, el exotismo, cine de autor... . En fin: cine 'raro', 'distinto', 'rompedor', 'contra corriente', 'incorrecto políticamente', 'provocador', etc.

Con decirles que hasta los títulos de crédito están inundados de esa estúpida pretenciosidad infográfica con la que algunos diarios te ofrecen la imposible lectura de un texo, espero que se hagan una idea.

Volvamos. Como es lógico, cuando esa fama prende, los 'especialistas' puntúan las obras de Yorgos Lanthimos con notas espectaculares y los grandes premios cinematográficos le llenan de honores, resulta difícil resistirse a contemplar qué hay detrás de tanto deslumbramiento.

Y es entonces cuando me alejo del Boyero, ya que si él superó su inicial aburrimiento y amago de irritación, yo me aburrí hasta dormirme repetidamente y si no salí de la sala fue porque tengo la pésima costumbre de esperar hasta el final, no sea que el film tuviera algo que pudiera justificar algunas de las infinitas palmas recibidas.

Ya les adelanto: nada de exteriores; la práctica totalidad de la película se desarrolla en unas pocas salas del palacio: sustancialmente, en un precioso pasillo o en la alcoba de la Ana de Gran Bretaña, que padece una gota que, curiosamente, nos la presentan con unos síntomas que se le extienden por la pierna en forma de dolorosos excemas [?].

Pero no se engañen, tampoco se trata de un cine teatral. El guión es de una simpleza tal que no da ni para un mal entremés. Ahora, eso sí, procacidad toda la que vds gusten: la reina no piensa más que en follar [sic], quiero decir, en que una de sus dos 'trepamantes' le practique el correspondientes 'squirting' en sus correspondientes partes, mientras sus 17 conejos pululan por la cámara.

Y, claro, si tampoco hay más historia que las calenturas de su Majestad y las esporádicas apariciones de dos líderes de un Parlamento ingles que reparte sus intereses entre guerrear con Francia y disfrutar del folleteo con cualquiera que se les pusiera a tiro, ya me contarán vd cómo se sostiene algo así.

Si a eso le añaden que el director griego se pasa las dos horas manejando la cámara a su habitual gusto, es decir con una pretendida originalidad basada en contínuos grandes angulares, contrapicados, ojo de pez y demás virtuosidades tan apropiadas para un relato del siglo XVIII...

Aunque le extrañe a vds, dicho lo cual, también el erotismo, contrariamente a lo que pudiera esperarse en un relato de tal naturaleza, no se atisba en momento alguno, seguramente porque la fealdad y pasividad de la reina no daba para menos y porque, como es sabido, en aquel tiempo se podían practicar toda suerte de sexualidades sin caer en la chabacanería de desnudar el cuerpo...

¿Se salva algo de tal esperpento? Sí, desde luego: la magistral actuación de Olivia Colman en el papel de la Reina y la buena interpretación de Rachel Weisz haciendo de amante ilustrada. Porque Emma Stone no se cree su personaje ni de broma.

También tengo que reconocer que el director frena en seco sus propias y 'divinas' originalidades cuando de transmitir la inmensa soledad de Ana Estuardo se trata, con una realización académica que hiela de emoción al espectador. Pero sólo en unas cuantas secuencias, ya digo.

La banda sonora -incorporada (no hay original) y eminentemente barroca-, la fotografía de Robbie Ryan, el diseño de producción de Fiona Crombie y el vestuario de Sandy Powell, también son destacables.

Sin fondo, no hay apenas forma, siquiera feminista, por mucho que se empeñen. [6 sobre 10]

El quicio de la mancebía [EQM]
https://elquiciodelamancebia.wordpress.com/2019/01/26/la-favorita-r-unido-2018-de-yorgos-lanthimos/
elquicio
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