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España España · valencia
Voto de elquicio:
7
Drama Narra la tragedia del submarino nuclear ruso 2000 K-141 Kursk ocurrida en agosto del año 2000, y la negligencia gubernamental que le siguió. Mientras los marineros luchan por sobrevivir, sus familias luchan desesperadamente contra los obstáculos políticos y las ínfimas probabilidades de salvarles. (FILMAFFINITY)
13 de enero de 2019
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de salirme consecutivamente de dos salas, huyendo tanto de 'El regreso de Mary Poppins' [2018], de Rob Marshall como de 'Juliet, desnuda' [2018], de Jesse Peretz, opto este domingo por adjuntarles mi parecer por una correcta y reflexiva película basada en los hechos reales sobre la tragedia del Submarino K-141 Kursk y que se acerca suficientemente a los mismos, aun cuando esto último no tenga que ver mucho con el cine, desde luego.

Para quienes cuenten con memoria histórica de la no sectaria, a buen seguro que les vendrá a la memoria otro trágico hundimiento: el que sufrimos nosotros cuando, el 27 de junio de 1946, en plena posguerra civil española, el submarino español C-4 [1929], cerca del Faro de Cabo Gros, puerto de Sóller, en la isla de Mallorca, emergió bajo la roda del destructor Lepanto [1930], se partió en dos y desapareció para siempre bajo las aguas, con 44 tripulantes a bordo.

Pues bien, volviendo a la película, el guión de la misma -obra de Robert Rodat, el mismo de 'Salvar al Soldado Ryan' [1998], de Steven Spielberg- se basa en el libro "A time to die: the untold story of the Kursk tragedy" (2002), de Robert Moore], que narra lo acaecido, con una cierta e intencionada distancia de la tecnológica y de los efectos propia de la doctrina cinematográfica que persigue el director, Thomas Vinterberg, como cofundador que es del movimiento danés Dogma 95.

De tal modo que, empleando una muy buena ambientación y la ya tradicional muy buena banda sonora de Alexandre Desplat, el realizador plasma, de un modo austero, frío y existencialista, tanto la angustia en el interior del submarino, como la incertidumbre y el desadosiego de las familias de la tripulación y la decadente soberbia de una marina rusa en la ruina [año 2000] que llevaba una década tocando fondo [1990] pero que, ya con Vladímir Putin en el poder, trataba de disimularlo como malamente podía.

Por tanto, Vinterberg emplea la corrección, austeridad, previsibilidad, pulso, ritmo, distancia, frialdad, intimismo, sencillez, húmeda sequedad y eficacia, para mostrarnos, sin adorno alguno, lo cerca que se está, especialmente en el mar, entre la vida y la muerte. Sabiendo transmitir, en profundidad, esa camaradería tan especial en los marinos, de sus particulares emociones y relaciones como grupo, y todo ello sin adentrarse excesivamente en el análisis político de la historia, seguramente porque ello hubiera dañado, sin remedio, la trayectoria comercial del film en Rusia y en su área de influencia.

La interpretación coral, muy internacional -seguramente por razones de taquilla- es buena pero sin resultar esencial. La miseria social que en la que sobrevivían las familias en aquella época está perfectamente reflejada con una buena fotografía de Anthony Dod Mantle. Pero si algo quisiera destacar como monumental son algunas secuencias del gigantesco e impactante submarino, el más grande de los construidos en aquel tiempo, que resultan sobrecogedoras.

Una satisfactoria película marítima -género nada sencillo, como es bien sabido- sin artificios [7 sobre 10]

El quicio de la mancebía [EQM]
https://elquiciodelamancebia.wordpress.com/2019/01/13/kursk-belgica-2018-de-thomas-vinterberg/
elquicio
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