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España España · Barccelona
Voto de EL ALBATROS:
8
Drama Cabiria es una prostituta que ejerce como tal en uno de los barrios más pobres de Roma. Sueña, sin embargo, con encontrar el amor verdadero, un hombre que la aparte de la calle y a quien pueda entregarse en cuerpo y alma. Su bondad y su ingenuidad la convierten en víctima propicia de sucesivos vividores que se aprovechan de ella, le roban y la golpean. A pesar de sus fracasos, recobra la esperanza una y otra vez. (FILMAFFINITY)
31 de julio de 2017
6 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un soplo de magia y emoción es lo que me ha procurado esta obra de Fellini, de las más galardonadas y reconocidas en su carrera. Su imperecedero universo personal sigue siendo estudiado por los cinéfilos y aficionados, su influencia chapliniana en personajes como Gelsomina y Cabiria, recuerdan a la ingenua dulzura personificada de la gente buena. Cineasta que ha llegado en algunos de sus films al extremo de presentar una autobiografía de la que es difícil decir si es real o falsa, quien sabe, tal vez soñada…

El film describe las peripecias de una improbable prostituta sentimental y desamparada en constante búsqueda de un hombre que la ame y la redima de su condición, tema que en manos de otro director que no hubiera sido Fellini, llevaría a la sensiblería más dulzona. Pero el director de Rimimi tiene la habilidad – o mejor el talento – de transformar este material en un drama palpitante sobre la soledad de una mujer sin futuro y abandonada a la indiferencia de la gran ciudad. A pesar de su aparente relación con el neorrealismo, “Las noches de Cabiria” no es un film sobre la prostitución o los bajos fondos de la Roma de los cincuenta, sino sobre la ilusión y la esperanza, y más concretamente sobre el lado mágico que esconde la grisura realidad cotidiana. El propio nombre de la protagonista procede del film “Cabiria” de Giovanni Pastrone (1914), teniendo un inequívoco punto de ironía. Cabiria era una doncella cristiana que fue arrojada a la arena del circo donde la salvaba el forzudo Maciste, mientras al personaje que borda Giulietta Masina “hace la calle” cerca de las termas romanas de Caracalla, y espera la llegada de un héroe que la salve de su destino.

En cuanto a su estructura narrativa está articulada en episodios casi autónomos que diseccionan temas fundamentales como la opulencia y la frivolidad de las clases adineradas en contraste con la pobreza y la prostitución callejera, el ambiente de Vía Veneto, los cabarets de alegría fingida y lujo funerario, las multitudinarias peregrinaciones religiosas, etc. Guarda asimismo reminiscencias de la Gelsomina de “La Strada”, pues hay muchas similitudes entre ambos personajes que tan bien le iban a la esposa del cineasta. En su azarosa andadura, Cabiria acumula desengaños y humillaciones, tanto por parte de los hombres que se cruzan en su camino, como por su ingenua fe religiosa implorando a la Virgen para que cambie su suerte.

Pero lo más lacerante es que no aprende de los errores sin conseguir ningún tipo de madurez o experiencia. Cabiria es un ser entrañable, pero tan cándida, frágil y emotiva de igual forma a lo largo del metraje. Con su ternura y su permanente búsqueda de afecto, ella es el verdadero eje central del film, más cercano al poema visual que a una historia sentimental. Plena de lirismo y momentos brillantes e imborrables de nuestra memoria que oscila entre la comedia y el drama. La música siempre imprescindible de Nino Rota en el cine de Fellini, realza su mensaje humano y tierno para con los desheredados. Gracias por leer estas humildes ocurrencias y sensaciones.
EL ALBATROS
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