Aunque esta sea la única película que incluye en su título original el nombre de Clouseau, nada en ella -a parte de los títulos de crédito animados- nos conecta con las dos anteriores del mencionado inspector ("La pantera rosa" y "El nuevo caso del inspector Clouseau").

En esta cinta no disfrutamos de la música de Henry Mancini ni de las interpretaciones de Peter Sellers, Herbert Lom y Burt Kwouk pero el espíritu de Clouseau se encarna perfectamente en Alan Arkin, un gran actor que compone un Clouseau soberbio, incluso más engreído -y a veces con más sutilezas- que el caracterizado por Sellers.

El guión, muy bien escrito y sin las incongruencias habituales en los títulos posteriores de La Pantera Rosa, alimenta el interés del espectador en todo momento y el ritmo se mantiene a lo largo de un film que no se merece en absoluto la mala fama que acarrea.