He podido disfrutar hoy de una de las mejores películas vistas hasta ahora en el Atlántida de este año, solo superada por la maravillosa Hristo. La película que nos precede es el séptimo largometraje del director croata Zrinko Ogresta. El resto de trabajos de este director pasaron prácticamente desapercibidos por nuestro país. La cinta fue presenta en la sección Panorama del Festival de cine de Berlín, en el Pula Film Festival que gano el premio a la mejor película y también gano los premios de mejor película y mejor director en los premios del cine serbio.

El director vuelve a ahondar en una temática muy repetida como son los conflictos bélicos que asolaron durante los primeros años 90 el país de Yugoslavia y sus consecuencias sobre las condiciones y modos de vida actuales.
La historia nos sitúa en la Croacia actual, concretamente en su capital, Zagreb, 20 años tras la firma de los acuerdos de Dayton que trajeron consigo el fin del conflicto. Vesna es una mujer de mediana edad, cuyos días transcurren ajetreados entre su trabajo como enfermera domiciliaria y sus hijos, ya adultos, pero que, como a toda madre, le traen de cabeza: Vlado, padre de un niño pequeño, pero del que ella sospecha esperando un hijo de su compañera de oficina; y Jadranka, prometida con un chico que no despierta las simpatías de su hermano y que no acaba de encontrar trabajo tras su reciente licenciatura en leyes

Una noche y después de una llamada misteriosa la vida de Vesna y de sus hijos ya no será la misma.

La película esconde un gran thriller psicológico, con un guion super elaborado y con unos giros y unos pequeños detalles que harán que el espectador tenga que estar muy atento para poder seguir la trama. La película tiene unas interpretaciones magnificas sobre todo el papel de la madre y ojo a ese maravilloso, hipnótico y helador plano final, uno de los mejores vistos desde hace años.

Lo mejor: Los giros de guion que se van produciendo y el final
Lo peor: La primera parte