La pareja formada por Dominique Abel y Fiona Gordon nos presenta su cuarto largometraje tras “El Iceberg”, “Rumba” y “El Hada”. Se trata de una fábula bastante colorista y entrañable que transcurre en la ciudad del amor, París. La película estuvo nominada a la mejor cinta francesa en la última edición de los premios Lumière y en los premios Magritte ganó el premio al mejor montaje. Su presentación internacional tuvo lugar en el Festival de Karlovy Vary. En nuestro país ha tardado más de dos años en ser estrenada.

Nos cuenta la historia de Fiona, una bibliotecaria canadiense que se traslada a París para ayudar a su tía Martha, amenazada con ser internada en una residencia de ancianos. Desde el momento que pone pie en la ciudad francesa empezará su odisea. Pierde su equipaje y encima descubre que su tía ha desaparecido. Todo se complicará y encima empezarán a suceder una cadena de alocados enredos, que le harán cruzarse con Dom, un vagabundo egoísta y solitario.

La verdad que no es una comedia al uso, tiene un humor dulce y disparatado, es una propuesta diferente a lo que estamos acostumbrados, los gags son continuos y tiene un gran número de guiños teatrales. Su sentido del humor es ingenuo, algo inocente y sobre todo surrealista. La pareja protagonista la forman los propios directores, eso sí secundados por dos leyendas del cine francés: Emmanuelle Riva, es su última interpretación en el cine y Pierre Richard. Se pasa un rato muy agradable, la película tiene un tono que recuerda a grandes directores como Roberto Benigni, Charles Chaplin o Marcel Marceau. Recomendable para desconectar y enamorarte de la ciudad de París, muy bien caracterizada.

Lo mejor: Es una propuesta diferente
Lo peor: Es una pena que apenas se vaya a estrenar en salas

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