Para mí es otra forma de contar la adolescencia, original y algo distinta a lo habitual. Esa adolescencia que se siente a la vez incomprendida y poderosa. Y con esa segunda acepción entra en juego la parte fantástica de la serie que se ve todo de seguido porque es entretenida y de momento corta en su primera temporada.
Me gusta mucho el paisaje donde se ha situado la trama, ese Estados Unidos escondido de una época industrial perdida donde sus habitantes lo máximo que conseguirán es ser reyes del baile de fin de curso. Los actores muy jóvenes todos pero en la mayoría de los casos muy creíbles. Y la selección musical es fantástica. Apetece que haya una segunda parte.