István Szabó retoma los temas de su primera etapa (la construcción de los espacios de intimidad) a través del concepto de la confianza. ¿Se puede confiar en el Otro, cuando la sociedad está podrida y cualquiera podría ser un informador del gobierno?

La película funciona como una especie de bisagra entre el Szabó modernista y el academicista. La puesta en escena se simplifica y la narración toma el protagonismo, pero todavía hay espacio para la experimentación a través de un montaje fragmentado que rompe la sensación de paso del tiempo, aumentando la impresión de asfixia ante el encierro forzoso al que se enfrenta la protagonista de la historia.

Otro aspecto de su función como bisagra consiste en la introducción de los problemas éticos asociados a la colaboración con el Estado, el gran tema de su tercera etapa, y por ende de su carrera. Quizás por esta función un tanto indefinida, que combina diferentes aproximaciones a la creación cinematográfica, "Bizalom" es una cinta con un encanto particular dentro de una filmografía tan cerrada en sí misma como la de István Szabó.