El punto de partida tiene el aplauso asegurado: trama de asesinato no premeditado y su intento de desvinculación por parte de los protagonistas, que dicho sea de paso, están excelentes.
Todo va sobre ruedas con pendiente -20%, en donde la película goza de sorpresa, tensión (como amo ese gusanillo que solo poseen estas cintas), duda, y ante todo entretenimiento. Y llega el final, un sueño...

.... y me gusta, es, o entonces lo era, original, inesperado, e incluso curioso. Pero nada es gratis, y el precio que paga este impredecible desenlace es el ahorro de un elaborado final dentro del propio sueño, y eso resta mucho trabajo, lo que se traduce a nota, pero ni de lejos rompe la película.


Pd: Ojalá mis próximas pesadillas sean como esta.