Curiosa película que oscila entre la comedia picante de campamento de verano con monitores y niños haciendo el canelo (aparece Michel Blanc con peinado estilo cofre), y el drama íntimo de muchacho confuso y acoso homófobo que va escalando ( un beef un tanto reiterativo entre un machirulo hostigante con bigotillo a lo Tangana y una especie de Alain Delon afeminado que desayuna en Plutón y cena viendo films de Bergman). No destaca por nada en especial y no va más allá de formular un mensaje de tolerancia y respeto hacia cualquier forma de andar por la vida. Pasable, en el sentido de que si pasan de largo y no se detienen a verla, no se arrepentirán.