Simon Kingberg dirige X-Men: Dark Phoenix. Es más oscura, pero sigue reciclando las sagas anteriores y al final su guion acaba cayendo en más de lo mismo. Jean Grey (Sophie Turner) es, quizás, una de las mutantes más poderosas. El profesor Xavier (James McAvoy) logró retener su potencial escondiendo el pasado de ella, pero a raíz de una misión de salvamento en el espacio sus recuerdos comienzan a revelar que no todo era como parecía. Por el camino se encontrará con una raza alienígena que pretende dominar el planeta y algunas escenas interesantes de acción y poco más.

Precisamente las que tienen a Mercurio presentes son las mejores, pero, una vez más, se nos priva de su presencia en la mayor parte de la película. Quizás porque no hay presupuesto para tantos efectos. De igual manera, Jessica Chastain, Sophie Turner, Fassbender y Jennifer Lawrence aparecen, pero parecen no estar. De alguna manera, se las apañan para cumplir, pero sus personajes quedan desdibujados y carentes de la potencia de anteriores filmes. Eso lleva al espectador a aburrirse en algunos fragmentos del filme. Los efectos y las batallas, eso sí, están conseguidos, aunque me temo que algún que otro rayo de Tormenta acabará envejeciendo mal.

En definitiva, X-MEN: FÉNIX OSCURA es otra decepción más. Ni aprovecha el elenco de estrellas que lo protagoniza ni otorga un guion decente con el cual seducir al espectador. Se la va a pegar en taquilla y, como no cambien las cosas, será mejor que no vuelvan a intentar hacer resurgir la saga. Mejora el pasado, pero es que no era muy difícil. Echadle un vistazo solo si sois fans.