Nominada al Oscar en la categoría de Fotografía en blanco y negro, a las órdenes de George J. Folsey; el cual ya había recibido 12 nominaciones a estos premios desde 1934 y esta sería su última nominación. La película en sí, es muy teatral, con algunos monólogos que pueden ser monótonos, y practicamente rodada en interiores con ambientaciones sórdidas, recreando una atmósfera a veces axfisiante. Esta basada en la obra del dramaturgo francés Jean Genet, por eso cada escena y cada palabra tiene un marcado espíritu literario, no son discursos, ni diálogos típicos de las producciones cinematográficas americanas. Es una película subversiva para su época, primero por el beso que se produce entre dos mujeres, segundo porque esta rodada en un burdel, y tercero porque la lucha entre dos de los protagonistas masculinas tiene guiños homo-eróticos, la cámara juega con el torso desnudo, siendo el voyeurismo otro de los factores relevantes practicado a través de un monitor de visionado. El poder de tres estratos; el militar, la iglesia y el poder judicial aparecen representados por tres clientes que hacen uso de los servicios más depravados de la casa de citas, en un tiempo donde la revolución toca a su fin y nace otra revolución. Porque como bien dicen en un fragmento cuando alguien es asesinado teniendo poder, es remplazado ipso-facto por otro que asume sus competencias... Película diferente donde las hayas, e innovadora para la época....pobres retrógrados sesentoides si se dignaron a verla....