No se os ocurra poner a los niños a ver a este santa claus que sodomiza a las clientas de unos grandes almacenes, está constantemente borracho, es un ladrón que no respeta nada, y cuyo socio es un enano cabrón que está a su altura ética.
Hacía tiempo que no me reía tanto y con eso lo digo todo. Es irreverente y llena de momentos desternillantes. Y nada de humor zafio, aunque el protagonista vomite por las lógicas consecuencias de su incansable ingesta de alcohol. El hecho de que el protagonista vaya de santa claus es circunstancial, ya que es parte de su actividad delictiva y además le da un punto de irreverencia total que engancha. Hay un buen guión y se nota.
Anímate con las navidades más surrealistas y divertidas que puedas imaginarte.