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Voto de AGF:
8
27 de junio de 2014
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Así da gusto. Cine de acción con garra, imaginación, adrenalina, historia, y la técnica y el espectáculo por las nubes.
El cambio de aires con respecto a su predecesora es inteligente y acertado, pero no se lo pueden negar algunas flojeras a sus cimientos: que el protagonista sea un poli infiltrado es una excusa, porque su labor como tal, parece, es nula; y de los 150 minutos, se podía prescindir de algunos que redundan en el vacío o en intentos innecesarios de dar calado a una historia en realidad bastante simple.
No se puede negar, aún así, el éxito del cambio de aires: aunque menos directa, frenética y eficazmente simple que The Raid A Secas, The Raid Berandal perfila con precisión a sus personajes, construye un drama completo, y los tramos de sosiego insuflan energía y épica a los otros, los de pura hostia sin piedad ni freno. Y vale que en ellos puedan chirriar, si nos ponemos tontos, la absurda costumbre indonesa (digo yo) de ir cien a atacar de uno en uno, o el recurso demasiado manido del indonesio maulas que se duele parado en un rincón como un subnormal esperando a recibir la hostia de gracia. Pero, no nos engañemos: cine para empalmados como este, donde la fotografía también es un arte marcial y donde algunos esfuerzos coreográficos merecen un aplauso con los testículos, no se encuentra todos los días. Ni ninguno.
Por eso da gusto, hasta la extenuación de los personajes y la nuestra. Merece la pena, aunque sea solo para poder dar fe de que este tal Iko Uwais sería capaz de hacer parecer a los machotes repartidores del cine occidental unos Justin Bieveres cualquiera.
El cambio de aires con respecto a su predecesora es inteligente y acertado, pero no se lo pueden negar algunas flojeras a sus cimientos: que el protagonista sea un poli infiltrado es una excusa, porque su labor como tal, parece, es nula; y de los 150 minutos, se podía prescindir de algunos que redundan en el vacío o en intentos innecesarios de dar calado a una historia en realidad bastante simple.
No se puede negar, aún así, el éxito del cambio de aires: aunque menos directa, frenética y eficazmente simple que The Raid A Secas, The Raid Berandal perfila con precisión a sus personajes, construye un drama completo, y los tramos de sosiego insuflan energía y épica a los otros, los de pura hostia sin piedad ni freno. Y vale que en ellos puedan chirriar, si nos ponemos tontos, la absurda costumbre indonesa (digo yo) de ir cien a atacar de uno en uno, o el recurso demasiado manido del indonesio maulas que se duele parado en un rincón como un subnormal esperando a recibir la hostia de gracia. Pero, no nos engañemos: cine para empalmados como este, donde la fotografía también es un arte marcial y donde algunos esfuerzos coreográficos merecen un aplauso con los testículos, no se encuentra todos los días. Ni ninguno.
Por eso da gusto, hasta la extenuación de los personajes y la nuestra. Merece la pena, aunque sea solo para poder dar fe de que este tal Iko Uwais sería capaz de hacer parecer a los machotes repartidores del cine occidental unos Justin Bieveres cualquiera.