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Togo Togo · Noplace
Voto de AGF:
5
Drama Hacia 1930, en un pequeño pueblo de Jutlandia occidental, vive el viejo granjero Morten Borgen. Tiene tres hijos: Mikkel, Johannes y Anders. El primero está casado con Inger, tiene dos hijas pequeñas y espera el nacimiento de su tercer hijo. Johannnes es un antiguo estudiante de Teología que, por haberse imbuido de las ideas de Kierkegaard e identificarse con la figura de Jesucristo, es considerado por todos como un loco. El tercero, ... [+]
14 de diciembre de 2015
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Extraña rareza de tono y estilo digamos "danés", por decir algo, Ordet puede verse como un profundo y sesudo drama transcendental o como un bizarro panfleto religioso de incomprensibles formas. Cuestión de fe.

Me molaría que me hubiese parecido más lo primero, la verdad. Asumir que las gentes campestres de Jutlandia viven como si el tiempo no existiera (o sea, se vuelven lentos de cojones) y poder hallar en cada secuencia (en cada silencio, en cada tic tac, en cada mirada extraviada) un componente de una reflexión lúcida, compleja y contundente sobre la espiritualidad del hombre.

Y en efecto no se pueden desdeñar algunos diálogos, como uno que ya no sé cuál es que contiene la curiosa idea de que quizá Jesucristo (si vuelve) no haga milagros para que le crean, si no que tienen que creer en él para que haga milagros. Creer para ver y no ver para creer. Tampoco podemos menospreciar la chulería de Peter el sastre ni la buena barba de Morten. Dos personajes que en términos de sangre en las venas se comen a los demás, bastante sequitos.

Sin embargo, más que lo primero, el conjunto de Ordet me parece lo segundo: un ensayo promocional (a pesar de lo oscuro) sobre la fe de una simpleza mucho mayor de lo que puedan insinuar sus extravagancias.
Por un lado, tenemos al puto Johaness, hombre que leyó mucha filosofía y en vez de quedar más listo quedó más tonto (cosa razonable). El personaje, que se cree una versión de Jesucristo despojada a todas luces de las capacidades oratorias del original, tiene un collejón que no puede con él. Es Jesucristo reencarnado pero si su padre (tan harto que en un momento dice que a ver si se muere) lo manda a la habitación, él se va a la habitación sin rechistar.
Por otro, tenemos una puesta en escena sobria y gélida, que (y por mucho que se mueva la cámara) junto con el montaje y la acción de los personajes transmite la misma sensación de dinamismo que el coito de un matrimonio puritano.

De estos elementos aflora una apariencia de densidad que, me parece, no está respaldada por el texto. Hace falta fe, pues, para ver una obra maestra.

PD.: a veces suenan pollos y relinchos de caballos de sonido ambiente. Apostaría a que son humanos imitando los ruidos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
AGF
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