Un comienzo sorprendente e inquietante, de gran brillantez, precede a la narración de una trama usual de la caza del asesino en serie, deudora en gran medida del fenómeno previo de El silencio de los corderos.
En este film se incorporan elementos interesantes tales como la agorafobia de la psiquiatra que ayuda a la policía o la copia de crímenes cometidos con anterioridad sin seguir, a priori, un patrón determinado. Sin embargo, la investigación que permitirá dar con el criminal es de lo más usual, aparte de mostrarse alguna muerte que no aporta nada al argumento.
El clímax es un punto a favor de la película, aunque quizá se dilate demasiado haciendo que la atención del espectador disminuya.
El epílogo, inquietante.
En resumen, queda la sensación de haber visto un buen thriller en el que algunos elementos podrían haberse aprovechado más.