“JSA” es un estupendo thriller dramático surcoreano con el que me he llevado una grata sorpresa. Me esperaba una moralina barata y sensiblera sobre el conflicto entre las dos Coreas después de leer tanta crítica diciendo que era un filme de puro lirismo, de poesía, un alegato anti-belicista y un canto a la amistad. Puede que tengan razón sobre lo del alegato anti-belicista (prácticamente se podría decir que toda cinta de corte bélico lo es), pero del resto no estoy de acuerdo ni por asomo. “JSA” cuenta una realidad tristemente cruel de la situación que viven las dos Coreas. Es una historia dura y forjada a modo de poderoso thriller de investigación. Sí que es cierto que narra la amistad que surge entre dos soldados surcoreanos y dos norcoreanos que están en primera línea del paso fronterizo, pero también se encarga de que veamos como esa amistad era imposible en ese momento (no había que ser un genio para intuir como iba a terminar la cosa).

“JSA” es un thriller crudo, sin idealizadas utopías, donde se explica el porqué de la situación de tensión y distanciamiento que viven los dos países: las mentiras que se promueven desde los dos bandos, la inutilidad de las naciones que median en la zona del conflicto, las buenas palabritas de los americanos que no sirven para nada, y el odio irracional que inculcan los mandos a los soldados para que aborrezcan al enemigo. Todo ello se expone de manera explícita en el filme. Puede que dentro de un tiempo las dos Coreas vuelvan a unirse (ojalá sea así y que de paso se acaben todas las guerras en el mundo), pero la impresión que me ha dado la cinta es la de mostrarnos el porqué no puede producirse, en la actualidad, esa unión que tanto desean muchos ciudadanos de a pie de los dos países (no así los gobiernos y las cúpulas militares que se llevan a muerte).

El filme, a pesar de su carácter comercial, es una historia bien hilvanada y con elegancia. Los vaivenes en la trama, propiciados por la utilización de los flashbacks, hacen avanzar de manera acertada la historia sin que decaiga el interés. Tiene un buen pulso narrativo y una maravillosa fotografía que hacen mucho bien al producto. También posee escenas con una fuerza sobrecogedora (sobre todo la del tiroteo en el puesto fronterizo y el momento “marioneta yanqui” en el interrogatorio cara a cara entre el soldado surcoreano y el sargento comunista). En definitiva, es un filme que bien merece la pena ser visionado.

Para terminar con mi crítica, voy a comentar un par de cosillas que no han sido de mi agrado. La primera es el militar neutral de la pipa… hacía mucho tiempo que no veía un personaje tan patético como este (es lamentable, menos mal que tiene un papel muy secundario). Y la segunda es la forma de reunirse los soldados de ambos bandos… atraviesan el puente y ya está, sin que nadie los controle o los vea… hombre, eso no hay quien se lo crea, eso es imposible con el férreo control que hay en la JSA.