Suits, una serie de la que cabría esperar muy poco, he de reconocer que la empecé casi por error para tener algo a lo que aferrar mis ojos en las semanas previas a mis exámenes finales y wow, cuanto tengo que decir…

Suits es una serie que denominaré como “profesional”, algo as como un “House” donde se nos implementan elementos dramáticos a través de los casos que frecuentemente inundan el entorno de la clínica o firma de abogados en este caso. He de decir que no me gusta demasiado ese arco argumental, la sensación constante de que el interés viene del caso raro entre millones que convenientemente no hace mas que tomar lugar en tu hospital de Pensilvania; aquí en cambio, los casos juegan un papel nimio, casi irrelevante en la mayor parte de los episodios, y en los momentos en los cuales estos toman relevancia es porque de alguna manera trastocan las dinámicas de la firma o de sus integrantes.

La historia que se nos narra es la de un brillante abogado Harvey Specter, consumido por el personaje en el que se ha transformado, de tinte juguetón, impasivo, frio, agresivo y extremadamente egocéntrico, se enfrenta con su cara especular, un joven Mike Ross de métodos poco ortodoxos, pero de una inteligencia sin parangón.

Durante el arranque de la serie se nos da a entender que será la historia de Mike la que tomará un rol central y que este será su protagonista, pero no podríamos estar mas equivocados, en rasgos generales Mike no evoluciona, evidentemente madura, pero no afronta dramas personales o circunstancias que le plantean dilemas en los cuales tiene que resarcirse o transformarse en algo diferente, el mayor de los dilemas lo afronta con su excompañero de piso y la serie toma la (errónea) decisión de pintárnoslo como un villano para que este, Mike, siempre quede en el lado de la moralidad.

Aquí el protagonista es Harvey, es él el que lidia con el espejo, con el reconocer que aislar sus sentimientos y su corazón de lo que lo hace feliz es lo que le hace un depredador en su entorno. Los conflictos que afronta uno tras otro no terminan sino por esculpir paulatinamente a un nuevo Harvey, reconciliado con su ser, familia y circulo mas cercano, dejando a nuestro protagonista desnudo, sin nada más que el núcleo de su identidad, la pasión por ayudar a quien lo merece y el entender que para ser un ganador no hay que estar en lo más alto…
“Life is this. I like this.”

Ese desarrollo ha sido planeado de manera quirúrgica y los problemas y retos que tiene que superar resultan muy verosímiles, su personalidad es embriagadora, carisma innegable, y si bien el cordero que se nos presenta al final de la ultima temporada no resulta tan atractivo ni demoledor como el del piloto, cuesta no empatizar con la idea de que el tiburón está condenado a nadar solo.

Los problemas de la serie son esencialmente de tono, y es que es prácticamente imposible conservar la tensión por 9 temporadas. En los picos y valles de la acción, se suelen forzar golpes dramáticos a modo de Deus ex machina que para el espectador experimentado, sabrán a recurso vago. (Tres muertes de personajes asociadas a cada uno de los protagonistas que impulsan su arco y a la acción por cada temporada, es hasta gracioso que el rosto de uno de ellos nunca se le ofrezca al espectador).

Relacionado con el punto anterior, la desaparición de Rachel del casting es al igual que la cancelación de la serie, una losa que de manera abrupta reconduce la acción por senderos de menor interés y que causa ritmos forzados en el desarrollo de la trama. (El final de la serie se construye en escasos 4 episodios).

He intentado terminar la crítica con una frase molona, algo que de alguna manera poética recoja lo que he aprendido de esta serie o que lugar ocupa el personaje de Harvey en la personalidad que año tras año modulo, pero no hay nada que pueda decir que no se resuma en la admiración que siento por un personaje que se convierte en lo que se convierte.

J. Peterson un psicólogo clínico ha expuesto muchas veces que los mejores hombres son los que son terriblemente peligrosos y pudiendo ser villanos, deciden no serlo; así mismo el mundo con la posibilidad de la maldad es un mejor mundo que un mundo sin esa posibilidad. Él que podía ser el mayor depredador de la sala, un cazador incansable y un villano despiadado, terminará por convertirlo en un líder dispuesto a jugárselo todo por los que terminan siendo su familia, un viaje que merece ser visionado y para mi, el paradigma de lo que es un líder y como estos se forjan…

“I'm not here for your absolution, I'm here for your redemption.”
-Harvey Specter