La gran sorpresa de lo que llevamos de año. No pude evitar fijarme en ella por su supuesto parecido con la también excelente Euphoria y por las buenas críticas que está recibiendo. Sin embargo, compararla con la serie ya mencionada desprestigia lo que realmente nos ofrece: un cóctel lleno de oscuridad y drama que no dejará indiferente al espectador.

La trama sigue a las adolescentes Addy (Herizen Guardiola) y Beth (Marlo Kelly) cuya relación se pondrá en peligro con la llegada de la nueva entrenadora (Willa Fitzgerald) del equipo de animadoras.

En un principio, la sinopsis podría no llamar la atención de los que piensan que es la típica serie de animadoras de instituto americano que se pelean por el capitán del equipo de fútbol, pero nada más lejos que eso.

Se podría catalogar como un thriller neo-noir que huye de todos los estereotipos antes vistos en las series centradas en un ambiente tan juvenil. Es una serie adulta que no necesita ampararse en escenas muy gráficas para destacar y brillar por sí sola.

En cuanto a las actuaciones, las tres protagonistas hacen un excelente trabajo aunque es difícil no destacar a Marlo Kelly haciendo el papel de Beth, la capitana del equipo de animadoras sin pelos en la lengua que esconde una gran sensibilidad y tristeza. Auguro un gran futuro para esta joven actriz. Por otra parte, Willa Fitzgerald también está muy correcta interpretando a esa entrenadora fría y misteriosa cuyas intenciones son inciertas a lo largo de la serie. Quizás el papel menos complicado le haya tocado a Herizen Guardiola interpretando a la leal e indulgente Addy, y aún así, nos ofrece a un personaje lleno de matices.

La fotografía y el juego de luces son muy acertados. La banda sonora potencia escenas clave en la trama.

En definitiva, una serie que recomiendo encarecidamente y una de mis favoritas de lo que llevamos de año. Si quieren ver giros sorprendentes (ese final), actuaciones memorables y una trama que enganche, denle una oportunidad.