Más que regreso, es un relato interesante sobre algunos acontecimientos que sucedieron durante el film y alrededor del mismo de una joven (ahora ya anciana) francesa que realizaba sus prácticas y tuvo la suerte de poder participar en su rodaje.

Excepto por la envidia que despierta y los cuatro datos de interés general que muestra, el resto no deja de ser algo sencillo, sin demasiada imaginación, mezcla film/política/recuerdos, de forma ordenada y siempre alabando al director y su trabajo, llegándolo a comparar con Dios, y menospreciando el resto de poderes públicos y estatales, que fueron engañados, pero todo por el bien del séptimo arte.

En fin, lo dicho, interesante pero nunca merecedor del Goya, y eso sólo demuestra que en la academia hay mucho rojo disfrazado, amorales y sin ganas de avanzar, que se regocijan en el pasado, un pasado que debe ser recordado, pero jamás satirizado, porque se pierde el respeto, y sin respeto, este mundo se va a la mierda.