Decepcionante película coreana, donde se esperaba mucho más, ya que los pasos dentro del subgénero estaban marcados con otras películas y donde los coreanos con su buen arte, saben orientar cualquier película hacia originalidades únicas, pero este no ha sido el caso, donde han creado un film patético.

La historia es la de siempre, casa abandonada, esta vez una fábrica, donde se han producido asesinatos y desapariciones, y en ese afán de aventura, un grupo de jóvenes junto a una productora televisiva y su equipo deciden pasar la noche y ver fantasmas. El resto es fácil de averiguar, carreras, parkinson en el camarógrafo, raquíticos fantasmas y sobre todo, gritos, muchos gritos, cuantos más mejor.

El guión sin novedades, más simple es una rosquilla sin relleno.

Actuaciones diferenciadas, las juveniles, son vomitivas y las de los dos adultos, aún se pueden soportar, pero igual de intragables.

Efectos nulos, no causan el impacto para los que fueron hechos, llegando a ser simples imágenes interesantes, pero para nada acongojantes.

Mal uso de la cámara y de los efectos sorpresivos, dejando con el “culo al aire” toda situación de susto.

Lo mejor, su duración, unos 85 min. y que podía haber sido peor, como mi recordada hongkonesa “The Unbelievable”, horrorosa e intragable.