La película, incluso antes de su comienzo, se nota que es un trabajo personal de la directora Ann Hui, un proyecto anhelado, un proyecto hecho con el corazón, que se aleja claramente de los cánones comerciales, para centrarse en un deseo filmográfico soñado y esperado, una "estatua" filmográfica a uno de sus ídolos inspiradores, la escritora china de mediados del siglo pasado, Xiao Hong.



La película, larga, muy larga, muestra del tributo personal que le profesa Ann Hui, vemos el corto fluir de la joven escritora Xiao Hong, desde su juventud hasta su muerte, donde el honor, hambre, amor y sufrimiento son las vías de un tren, donde los pasajeros van y vienen como la vida misma, donde los versos y la cultura son importantes y no tanto la política, y todo ello con una mezcla de estilos, entre falso documental, recreado por los propios actores en primera persona mirando a cámara, como película dramática, donde actúan sin saber que son observados, y todo bien pero que muy bien enlazado, ayudando al ritmo del film.



La película podría haber sido un coñazo, incluso un fracaso tremendo, pero sólo, y es a mi entender, una cosa la salva de esa caída, la genial forma de dirigir de Ann Hui, que es capaz de crear planos geniales, además de ligar escenas de diferente calibre e inconexas en el tiempo, dejando poco tiempo para el aburrimiento y mucho para el entretenimiento.Pero no contenta con ello, las lagunas de la escritora, Ann Hui, no las recrea ni las caracteriza para su deleite personal como suele pasar en el cine, las deja en negro elegantemente, como un agujero en la historia, sin perder el hilo o la dramatización, dejando esa misma duda para el televidente como para aquel que leyó las diferentes biografías de la escritora que se han publicado.

Las actuaciones están bien, no perfectas porqué las he llegado a ver mejores, pero ayudan bastante. Si a eso le unimos una buena caracterización de personajes, un trabajado vestuario, unos elaborados escenarios y una tremenda banda sonora, pues no le pediré peras al olmo, y voy más que saciado.



Me alegro de poder, por fin, ver una película China que retrate los años 30 y 40 del siglo pasado y no sea un panfleto propagandístico estatal, sino una película destinada al entretenimiento personal.

Recomendada sólo para amantes de la directora y para aquellos que deseen ver algo diferente.