Rubia y explosiva es de esas películas que no aporta nada al género de la comedia romántica, tiene una historia sencilla, unas actuaciones rozando la decencia llenas de incredulidad, situaciones cómicas rozando lo absurdo y así podría escribir una larga lista de pormenores de porqué es una película sencilla sin grandes aspiraciones.

¿Entonces el porqué de esa nota tan sobrevalorada, donde un cuatro hubiera sido lo más lógico? Muy sencillo y es que la película tiene la sencillez de toda la vida donde chica conoce chico, chica se mete en problemas, chico la ayuda, algo tan sencillo explicado en 85 minutos que han hecho que la película ni se me hiciera larga, ni aburrida, y por supuesto contento de la ausencia de esos enrevesados tríos o cuartetos románticos que están a la orden de cada sala de cine.

Por eso, por la sencillez de esa historia, por la falta de “protagonismo” de la película y la propia incredulidad de las actuaciones, han conseguido hacerme disfrutar de una historia romántica sencilla, vista por los ojos y disfrutada por el corazón, recordando que ahí veces en la vida, que la sencillez es la mejor receta para el romanticismo, sin tantas pompas y adornos, y donde las parejas se unen no por ser el mejor futbolista y la mejor actriz, si no personas simples cargadas de defectos que encuentran eso que muchos desean, otros que lo tienen y unos que ya lo han perdido, el amor de su vida.