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Estados Unidos Estados Unidos · 544 Camp Street. New Orleans
Voto de Jinete nocturno:
9
Terror Los zombies se han apoderado del planeta, y el número de humanos se reduce a uno por cada 400.000 muertos vivientes. Un pequeño grupo de personas, formado por científicos y militares, se refugian en una antigua instalación subterránea del gobierno. Allí intentan contactar sin éxito con otros grupos supervivientes. Mientras, los doctores investigan el origen del fenómeno, y de su posible cura; a la vez que intentan "domesticar" a un ... [+]
13 de agosto de 2009
50 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay una cosa que tengo bastante clara: Romero no hace cine de Terror. Te puede poner de los nervios, darte algún susto y, por supuesto, revolverte las tripas, pero jamás te provoca ese miedo irracional e íntimo que caracteriza al género. Y esto no es una crítica, sino un encendido elogio a su coherencia, a que sea capaz alejarse de la tentación de utilizar los zombies para hacer vulgares pelis de miedo –Error de todos sus supuestos imitadores- . Porque, que nadie se engañe, Romero jamás, ni por un instante, ha pretendido hacer semejante cosa…

Y, no, no digo que no haya nada terrorífico en sus películas, al contrario: siempre, tras verlas, acabo absolutamente horrorizado… Pero no se trata de ningún miedo irracional e inefable, ¡qué va!, sino de un terror perfectamente concreto y muy cotidiano: el espanto que me provoca contemplar la infinita estupidez y mezquindad humana, comprobar hasta qué punto somos despreciables y merecedores de todo lo que pueda ocurrirnos; incluso ser devorados vivos.
Y es que ese es El TEMA de Romero: la miseria de la condición humana.

En efecto, sus películas, todas la misma, no son más que un mismo retorcido y obsesivo experimento mental repetido bajo distintas variantes: “Cojamos a un grupo de personas y obliguémoslas, a través de una amenaza completamente irracional e insuperable, a permanecer encerradas en un espacio limitado y bajo continua tensión.” Y el resultado de semejante experimento es, por descontado e irremediablemente, la catástrofe.

Porque, sí, los verdaderos monstruos en el cine de Romero no son zombies, sino hombres. Tanto es así, y esa es su genialidad, que irrevocablemente, a pesar de todas las brutales evisceraciones y escenas de canibalismo, son los zombies los que quedan mejor parados, los más dignamente retratados: “Al menos entre ellos no se devoran”.

El Día de los Muertos es la más redonda de las películas de Romero, su obra maestra. Su ambientación absolutamente claustrofóbica y opresiva; su atmosfera ominosa, apocalíptica, profundamente amenazante y angustiosa (posee el inmenso acierto de no mostrar prácticamente zombies hasta casi el final y, sin embargo, hacerlos omnipresentes en nuestro pensamiento); sus interpretaciones increíblemente solventes -Jamás, y lo dice alguien que sabe de lo que habla, he visto unas actuaciones tan repugnantemente realistas como las de los que interpretan al capitán Rhodes y a sus secuaces- y la acertadísima introducción de personajes como “Frankenstein” y Buddy -el zombie más famoso de la historia tras George W. Bush- , la hacen totalmente imprescindible.
Solamente sus desmedidos excesos gore - avisado quedas- impiden que este peliculón llegue al gran público: jamás Tom Savini ha estado tan desatado como aquí, y en pocas películas se verá semejante regusto por lo explícito; semejante galería de destripamientos, ojos desorbitados, intestinos de cerdo, higadillos…
Aun y todo, imprescindible.
Jinete nocturno
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