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Estados Unidos Estados Unidos · 544 Camp Street. New Orleans
Voto de Jinete nocturno:
3
Ciencia ficción. Terror Cuando Sam Phillips, un padre de familia normal y corriente, desaparece sin dejar rastro, sólo su hijo Tony sabe que lo hizo después de que un gran destello apareciera en el cielo. Pero cuando Sam reaparece tan súbitamente como se había ido, Tony sabe que algo ha cambiado y que ya no es un ser humano. A medida que el cuerpo de Sam se va deteriorando, por culpa de un extraterrestre oculto en su interior, su hijo se da cuenta de que debe ... [+]
23 de mayo de 2010
11 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mala de cojones. Una grotesca y ridicula gilipollez cuyo único encanto deriva de la ternura que provoca lo cutre.

Para empezar, lo que tenemos aquí es una muestra de pura serie Z (que no B) dónde, a ojo de buen cubero, el presupuesto total debió ser al cambio de unos 15 euros (incluyendo el sueldo de los actores y decorados). Y es que un solo dato basta para que te hagas a la idea del “despliegue de medios”: el director es además el compositor de la banda sonora, y, no, el tipo no es precisamente Rachmaninov… Y claro, si se puede decir eso de la música, imagínate el nivel de “acabado” de los efectos especiales… Ni “Avatar”.

Aquí, al menos en principio, lo que tenemos es la típica película de Terror alienígena que aprovecha el rebufo de Alien (a la que hace, dentro de sus escasísimas posibilidades y con resultados hilarantes, descarados homenajes) para presentarnos la típica historia de “Alienigena cabrón que llega a la Tierra y no deja títere con cabeza”. Hasta ahí lo de siempre... Eso sí, aquí, además de eso, hay algunos puntos de originalidad (algo es algo). La película, por ejemplo, tiene el merito de ser de las primeras en la que los extraterrestres, aunque humanoides e inteligentes, no son precisamente los simpáticos cabezones de Spielberg, sino algo bastante más inquietante... A esto hay que añadir algunas otras derivas originales, como es tema de las abducciones, por entonces muy poco tratado.

Pero, sin duda, lo más salvable de la película (es un decir) es un curioso giro, lisergico y completamente anómalo en el género, por el que la película pasa en cierto punto a convertirse en un espectáculo bizarro y surrealista en virtud a ciertos poderes telequinésicos que hacen que los juguetes cobren vida y se coinviertan en implacables asesinos –sí, has leído bien- En ese punto, y resulta curioso, la película pasa a recordar ligeramente al universo que un lustro después nos mostraría Clive Baker en “Hellraiser”.

No obstante, y lo repito (luego no me llores), la película es difícilmente defendible. Todos estos "hallazgos" narrativos, que podían haber dado como fruto algo decente en otras manos y con más medios, quedan finalmente eclipsados por la total cochambrez de la factura y por ciertos despropósitos, tanto argumentales como visuales, que hacen recordar al inefable Ed Wood. Y no, no exagero…: al igual que en una famosa escena de “Plan 9 del Espacio Exterior” aquí, en cierto momento, ¡se hace de noche entre dos fotogramas…!... ¡Qué Triste!

En fin, lo dicho: un subproducto que sólo se salva (a medias) gracias a un par de originalidades y al encanto de lo artesanal. Absolutamente prescindible.

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P.D:
Recordad, chicos: lo que hace "no util" una crítica es que sea confusa o poco razonada, no que no me guste la opiníón que expresa. Id madurando y respetad la opinión ajena, que ya toca.

Ahora votad "no util", que a mí volver a colgarla me cuesta 10 minutos.
Jinete nocturno
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