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Voto de suzie_marlango:
6
Documental En el año 2000 Terry Gilliam intentó llevar el Quijote a la gran pantalla en un proyecto llamado "El Hombre que Mató a Don Quijote". Sin embargo, una serie de desgracias para la historia del cine hace que nos tengamos que conformar con el documental "Lost in la Mancha" de Keith Fulton y Louis Pepe sobre el rodaje de éste magnífico sueño de Gilliam en España. En él veremos como los técnicos se desesperarán por el modo de trabajar de ... [+]
19 de noviembre de 2013
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este documental nos muestra el fallido rodaje del ambicioso proyecto del director y actor Terry Gilliam por llevar a la gran pantalla la adaptación de Don Quijote de La Mancha, llamada The Man Who Kill Don Quixote.

La enfermedad de Jean Rochefort, el actor que iba a interpretar al Quijote, tras el rodaje a caballo tan solo de unas pocas secuencias, la adversa climatología en los exteriores del rodaje (una lluvia torrencial que empapó parte del equipo técnico) y el ajustado presupuesto de una producción europea (mucho más discreta que la americana), que se iba reduciendo a medida que pasaban los días de rodaje fueron alguna de las razones que mermaron el sueño de Gilliam de adaptar una historia que, en cierto modo, parece maldita. 20 años antes del intento de Gilliam, el gran Orson Wells intentó también hacer su propia adaptación, pero el director murió antes de que se grabasen todas las secuencias de un proyecto al que le dedicó intermitentemente varios años de su vida.

Un proyecto que, como todos, parecía nacer de una ilusión arrolladora e irrompible por parte de todo el equipo y que se fue quebrantando tras días de rodaje perdidos y avalanchas de problemas no enmendables.

El documental nos muestra de manera objetiva y clara la figura de los inversores y los productores que son, al fin y al cabo, los que marcan el ritmo de una producción cinematográfica de este calibre. Viéndose obligado a reducir varias veces el presupuesto inicial, el proyecto fue perdiendo fuelle y las brillantes ideas que albergaba la imaginación de Gilliam se fueron ensombreciendo poco a poco.

La sensación de impotencia y lástima y la realidad que muestra el documental, que pone de manifiesto las labores exhaustivas que suponen un rodaje integrado por un nutrido equipo, cuyo arduo y eficaz trabajo finalmente no parece servir de nada al no llevarse a cabo la película, hacen de este documental una pieza importantísima, el único fruto de meses de trabajo y único testigo de los injustos sinsabores que, como gigantes o molinos de viento, se interpusieron en el camino de Gilliam y su equipo.
suzie_marlango
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