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España España · Madrid
Voto de Pedro:
7
Drama A Sam, un niño de doce años, le apasionan las historias fantásticas. Quiere saberlo todo sobre ovnis y películas de miedo, aeronaves y fantasmas. También quiere saber qué se siente al tomar el primer trago de cerveza, al dar la primera calada a un cigarrillo y al besar a una chica. Quiere conocer las experiencias de los adolescentes, porque él seguramente no llegará a esa edad. Tiene leucemia, y aunque los adultos respondan ambiguamente ... [+]
30 de octubre de 2010
23 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de sentarse a ver esta película conviene aprovisionarse de ingente cantidad de pañuelos de papel y prepararse para sonar mocos y secar borbotones de lágrimas. Leer esto puede llevar a pensar que estamos ante un tópico de llanto fácil, pero nada más lejos de la realidad. "Vivir para siempre" logra una extraña mezcla que presenta un duro drama completamente envuelto en optimismo.

No es la primera vez desde luego que un trabajo fílmico muestra esta mezcla -sin ir más lejos tenemos un reciente ejemplo de ficción en "Juno" de Jason Reitman, aunque con un optimismo que entra en la pura comedia que aquí sin embargo se evita-. Pero sí es una de las pocas veces en que hay tanto drama detrás de tanto optimismo. Tal vez sólo comparable al excelente documental "Las alas de la vida" de Antoni Canet, aunque éste de hechos reales y lejos de la ficción imaginativa de Gustavo Ron.

No por ser ficción alejada de la realidad carece de impacto. Principalmente porque ese carácter es lo que permite al autor introducir un relato fabulado, aderezado de la perspectiva del mundo de los niños... Niños que, debido al contexto de la enfermedad a la que se enfrentan, viven la vida con más intensidad que muchos adultos mostrando inaudita madurez. Y todo rodado con una realización dinámica, con planos muy bien compuestos y un movimiento de cámara y foco ágil, añadiendo curiosos detalles con escenarios de marionetas de cartón, apuntes sobreimpresos, secuencias rodadas como si los propios niños se grabasen con su cámara, etc... Recursos quizás no nuevos pero sí bastante bien engranados, acoplados a una acertada banda sonora con la misma fusión entre el optimismo y la tragedia, hasta llegar incluso al collage con que se presentan los títulos finales. Todo ello para dar una atractiva y vívida sensación que convierte la película en el mismo diario escrito por el protagonista.

Probablemente han nacido tres pequeñas estrellas: Robbie Kay -Sam, protagonista absoluto-, Alex Etel -su amigo y compañero de andanzas- y Ella Purnell -la prima del anterior-, sin desmerecer por supuesto los correctos trabajos secundarios de los actores adultos, destacando sobre todo el de un expresivo Ben Chaplin interpretando al padre de Sam.

Esta coproducción entre España y Reino Unido, rodada en inglés en escenarios de ambos países, al contarnos la historia de Sam nos enseñará también a anhelar la vida, a exprimir nuestros deseos hasta el último suspiro, y sobre todo a apreciar a los que nos acompañan y a los que marcharon antes...; aunque eso sí, mirando a la muerte cara a cara, como una compañera inevitable de todos los finales.
Pedro
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