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España España · Madrid
Voto de Pedro:
8
Drama Cuenta la historia real del británico Louis Wain, un artista, inventor y empresario, que hizo todo lo posible para cuidar de sus cinco hermanas y su madre. Dos eventos cambiaron su vida para siempre: conocer a Emily, el amor de su vida, y adoptar a Peter, un gatito perdido. Los dos se convertirán tanto en su familia como en su inspiración para pintar las extraordinarias imágenes de gatos que lo hicieron mundialmente famoso.
10 de octubre de 2022
10 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Louis Wain vivió 78 años, que se extendieron en su memoria desde la intensidad de los tres años fugaces pero eternos en que fue feliz porque amó y fue amado por la que fue la persona más importante de su vida. Dio y recibió a raudales lo que en el filme es metáfora de "electricidad". Amó y fue amado con tanta fuerza por Emily Richardson, que esos pocos años que pasaron juntos cuando él tenía 23 y ella 33 lo fueron todo, y para paliar el cruel dolor de la pérdida desató con fuerza sus sentimientos en el arte, y concretamente en el arte de los gatos, donde el gatito Peter fue el heredero de tanto amor y germen de toda una saga de originales pinturas de gatos por las que se haría famoso. Una forma de llevarla a ella dentro por siempre.

La película desarrolla la biografía del artista de modo muy sensible alternando con momentos casi oníricos. Mezcla una trabajada dirección artística, con una lograda ambientación, fotografía de mérito y una música de ensoñaciones clásicas, junto a un guión que varía en sensaciones según progresa cronológicamente el tiempo en la vida del protagonista. Tras una introducción de los personajes y la época atractiva, se viven los momentos más poéticos y emocionales durante los minutos de su relación con Emily y la llegada a sus vidas del gatito Peter. Después baja algo el listón de las emociones fuertes para ahondar más en la crónica dramática del resto de su vida, y finalmente el desenlace trae de nuevo un poso de belleza y poesía a la pantalla.

El desarrollo argumental tiene por tanto algunos altibajos que quizás restan un poco al resultado final al haber cambios bruscos de tratamiento de la historia también con un ritmo diferente en la narración, pero no deja de ser vista en su conjunto como una buena obra tratada con ternura, con interpretaciones en general notables, donde además de la fundamental expresividad mezcla de la inocencia, inseguridades, tormento interior y forma de mirar el mundo que le rodea del protagonista al que da vida Benedict Cumberbatch, cabe destacar a la actriz que interpreta con aplomo, resignación e ilusión a Emily (Claire Foy) y al actor Toby Jones que encarna con bondad y admiración al director de periódico que se convierte en su amigo. Así durante las casi dos horas de metraje entre todos nos dejan algunos momentos en que la electricidad del protagonista se descarga sobre el patio de butacas entre los espectadores, haciendo tal vez escapar alguna que otra lágrima.

Me quedo con dos planos que valen toda la película y resumen el amor y el arte que la impregnan como impregnó la vida de Wain, plasmados ambos en fotogramas que dan la sensación de ser hermosas pinturas. La imagen de Emily, Louis y el gato Peter sentados en un tronco entre la naturaleza cerca del agua mientras contemplan el paisaje, y la imagen del último plano con el que se cierra la película.

"Este es nuestro lugar. Aquí es donde estaré cuando me necesites".
Pedro
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