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España España · Madrid
Voto de Pedro:
8
Drama En Beirut, varias mujeres se reúnen en un salón de belleza, un microcosmos colorista y sensual. Layale ama a un hombre casado. Nisrine, que es musulmana y está a punto de casarse, tiene un serio problema: ya no es virgen. Rima se siente atraída por las mujeres. El problema de Jamel es que se resiste a envejecer. Rose ha sacrificado su vida para cuidar de su hermana que padece demencia senil. (FILMAFFINITY)
18 de enero de 2008
60 de 67 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una mezcla de azúcar fundida hasta el punto de formar caramelo líquido es la técnica heredada desde el antiguo Egipto por algunos lugares de Oriente para la depilación tanto casera como en muchos salones de belleza. De este modo, el mismo producto que causa el dolor con el tremendo tirón de pelo puede proporcionar el placer de su sabor si nos lo llevamos a la boca. Gozo o dolor.

Eso es lo que experimentan los personajes de “Caramel” en su búsqueda incesante de alguien a quien amar y que les ame. La historia se desarrolla en torno a cuatro mujeres que trabajan en un salón de belleza y los que se relacionan con ellas, y se impregna en general de un espíritu melancólico así subrayado por la música y la propia composición de las imágenes. Y es aquí, en el modo de mostrar con las imágenes una historia por otra parte absolutamente sencilla y cotidiana, donde radica el principal mérito de la joven realizadora Nadine Labaki, quien da el salto de la dirección de vídeos de música libanesa a la gran pantalla con muy buen pie y arriesgándose con un trabajo de autor, donde además aparece como guionista y actriz -el papel de la atractiva peluquera Layale-.

Priman los medios, cortos y primerísimos planos, dando así un total protagonismo a los actores y sacando de ellos muy buenas actuaciones con un máximo de expresividad en los rostros que la fotografía aprovecha retratando como debe hacer: comunicando hondos sentimientos sin palabras. Algunas de esas composiciones, como por ejemplo las escenas paralelas de la anciana desmaquillándose mientras el viejo se levanta junto a la mesa del café y la taza vacía, o los planos y contraplanos entre Layale y la niña con la pecera entre medias, llenan la pantalla de sutil belleza.

Una joven que busca el amor prohibido en su mismo sexo, una mujer que en su papel de amante se ve condenada a ser “la otra”, una anciana con miedo a enamorarse, una mujer madura que se resiste a perder la juventud, otra joven que debe ocultar su pasado a ojos de la sociedad… Que nadie espere emociones fuertes y que los adictos a ellas mejor se abstengan; porque “Caramel” es un cuadro costumbrista agridulce que apuesta por cambiar la acción por los deseos y sentimientos cotidianos de varias mujeres en un modesto barrio de Beirut.

Y terminaré con puntos suspensivos, como hace la película, que aun pareciendo acabar antes de tiempo, nos deja sabiamente dibujado el camino de cada personaje hacia un futuro de caramelo, que como el amor, puede servir para gozar o sufrir…
Pedro
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