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España España · Albacete
Voto de Juan Pablo:
4
Thriller Mientras juega una partida de ajedrez en Varsovia ante el mejor jugador ruso, Josh Mansky, un otrora brillante campeón de este deporte y ahora alcohólico, se ve inmerso en una trama de espionaje que involucra a las dos superpotencias mundiales. A medida que la crisis militar crece, la partida de ajedrez cobra una relevancia inimaginable. Los estadounidenses temen perder las dos partidas que están disputando: la de ajedrez y la del dominio mundial. (FILMAFFINITY) [+]
10 de febrero de 2020
11 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
‘El juego más frío’, ópera prima del polaco Lukasz Kosmicki, es la apuesta de Netflix para combinar deporte y política en un thriller de espionaje. El milenario juego del ajedrez ha dotado a sus ganadores de un aura casi mítica. Hay algo especial tras el título de campeón del mundo en esta especialidad. Durante buena parte del siglo XX el ajedrez ha traspasado la frontera de la competición deportiva, empleándose como elemento geopolítico y de propaganda. Con dos antecedentes muy destacados. Por un lado la seca y despiadada rivalidad que durante más de una década mantuvieron Anatoly Karpov y Garry Kasparov.

El primero representante del ala ortodoxa de la Unión Soviética, mientras que al segundo se le mostraba como adalid de los nuevos tiempos traídos por la Perestroika. Acusaciones de espionaje entre contendientes y un odio indisimulado entre dos formas irreconciliables de mirar al futuro, llevaron un deporte minoritario a las portadas de los periódicos. El otro, del que bebe ‘El juego más frío’, nos lleva a la lucha por el cetro mundial que disputaron en su día Bobby Fischer y Boris Spassky. Un evento con la guerra fría como telón de fondo, dónde el prestigio del bloque comunista y occidental se dirimía alrededor de un tablero.

‘El juego más frío’ se desarrolla en 1962, durante la crisis de los misiles en Cuba. Josh Mansky (Bill Pullman) es reclutado por su país para disputar en Varsovia una serie de cinco partidas de ajedrez frente a uno de los mejores jugadores soviéticos. El retrato que realiza Kosmicki de su protagonista parece encontrar inspiración en el genio inclasificable de Bobby Fischer. Antigua leyenda, profesor de matemáticas, su estado actual le empareja con ese tipo de celebridades que tras acariciar la gloria, inician un declive profesional, con una dejadez y abandono personal muy llamativos. De imposible explicación sin recurrir al trastorno mental.

En la capital polaca se cuece entre bambalinas una trama de espías pedestre, de corte infantil, con algunos secundarios involuntariamente caracterizados desde la caricatura. La película no está a la altura del apasionante contexto en que se desenvuelve. Desaprovecha las posibilidades que brinda el escenario proponiendo un thriller de escaso brillo.

Bill pullman pone todo su empeño en sostener la historia, conforme su personaje, en singular odisea, vaga por las calles de Varsovia empapado en alcohol y tomando decisiones al ritmo marcado por las arbitrariedades del guión. Sólo lo consigue en parte. Al igual que otros ilustres secundarios, quedan supeditados a un argumento demasiado lineal. Nunca logra Kosmicki desplegar la incertidumbre y tensión inherentes a la catástrofe nuclear que se está cociendo. Oportunidad perdida.

Escrito por Juan Pablo Martínez corchano para https://rockandfilms.es/
Juan Pablo
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