7 de noviembre de 2018
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
El thriller asiático en general, y el Koreano en particular, vive desde hace años una época dorada. Y no es fácil en un género tan trillado y manido, con la máquina hollywoodiense poniendo todos los años en el mercado un aluvión de títulos, algunos con presupuestos elefantiásicos, dónde la calidad de las propuestas deja, salvo honrosas excepciones, bastante que desear.
Son muchos los ejemplos de directores asiáticos que han suplido carencias de producción con talento e imaginación, aportando al género títulos de gran valía. Muchos de ellos trabajaron después en Estados Unidos, llamados por la meca del cine a lomos de un prestigio justamente ganado. Y los resultados en general no estuvieron a la altura.
El director Wilson Yip presenta el viaje emprendido por un policía hongkonés, en la búsqueda de su hija desaparecida durante una estancia en Tailandia. Y debo confesar que no consigo implicarme en la historia que se nos cuenta, me parece demasiado lineal por su inverosimilitud. Hay subtramas y relaciones dentro de la historia que más que un ejercicio de complejidad narrativa, parecen haber sido puestas sin el orden necesario para dar con una historia coherente.
Por mi parte, agradezco que las tomas de acción, con sus patadas, puñetazos y demás llaves más o menos disparatadas, que hacen las delicias de los amantes de las artes marciales de origen oriental, no sean excesivas en la película.
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