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Voto de Kyrios:
6
Drama Chocó es una mujer campesina, negra, en la plenitud de sus veinte años, lleva a cuestas una familia de dos hijos menores y a Everlides, su esposo, un músico que sólo sabe tocar marimba, beber biche y jugar dominó. En la mañana ella trabaja buscando oro en el río San Juan y en las tardes lava ropa de otras familias para alimentar y educar a sus hijos. Es el cumpleaños de la pequeña Candelaria, y por primera vez Chocó le promete una ... [+]
10 de julio de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Chocó no es una película habitual. Colombiana de procedencia, el debut del director (que anteriormente ha trabajado produciendo diversas películas) Jhony Hendrix detrás de las cámaras es una interesante película que nos muestra un retrato curioso y humanizador de algunos de los lugares más pobres de Colombia.

La película es quizá un compendio de la estética más antepuesta a la producción Hollywoodiense media, y por eso desgraciadamente sea una película de difícil acceso y con una distribución comercial menor. Pero poco tiene que ver con la calidad de la película, que deslumbra pese a sus detalles imperfectos. Afortunadamente parece que en los últimos años el cine colombiano ha dado pasos adelante, y su distribución internacional está en auge.

Chocó, además de ser la protagonista de la película, es una zona del país colombiano. En ella, además de zonas de explotación ilegal minera (hecho reflejado en la película) y fuertes tasas de desempleo, nos encontramos con que en torno al ochenta por ciento de la población es afroamericana . También desgraciadamente es una de las zonas más pobres del estado.

Lo más elogiable es el sentimiento crítico de la película. Nuestra protagonista principal se llama Chocó, pero podría tener otro nombre perfectamente, porque el director se sirve de ella para dignificar la gran cantidad de mujeres que como ella, se desviven completamente por su familia. Choco trabaja en una mina en condiciones totalmente insalubres, pues la mina está contaminada de mercurio. Choco tiene dos hijos pero apenas puede dar lo mejor para ellos y no es capaz de prometer un trozo de tarta para su propia hija (la tarta es el elemento que moverá toda la película), porque carece del presupuesto suficiente. Además, por si fuera poco, tiene que aguantar un marido que se pasa el día completamente borracho. En cierto sentido además la película dignifica el papel de la mujer, siendo el pilar básico sobre el que se tiene que sustentar la familia.

Sin lugar a dudas, la película es una patada para cualquier espectador occidental que se atreva a verla. Tira todos los valores por los suelos, y empequeñece nuestra propia existencia. La película, aunque sea sin quererlo, se convierte en un despertador de consciencias. Revelándonos este mundo sobre el que parece que no echamos nunca en cuenta.

La puesta en escena tiene algunos momentos de interés que convierten la película en un relato más que crítico. Hendrix prefiere la utilización de planos estáticos en donde observamos a nuestros protagonistas moverse de manera libremente. En cierto aspecto, la película tiene muchas semejanzas con el carácter documental. No sólo por el aspecto crítico con el que la película trata de definir el mundo que rodea Choco, sino que la película también releva esta esencia en su puesta en escena.

A duras penas vemos explosiones de sentimientos o primeros planos. El director parece quererse mostrarse poco sentimentalista y prefiere explotar otros caminos para hacer sentir al espectador la vida latente de la población, como la utilización de una música folclórica, así como los juegos infantiles tan singulares de los niños y otros elementos que no son tan agradables, como el racismo o la degradación a la que se ve sometida nuestra protagonista. También es curioso ver el mestizaje religioso de la provincia, en la que se combinan elementos católicos con otros de diferentes raíces, no en vano Hendrix le dará un peso importante a esta cuestión.

Hemos de tener en cuenta que el director nos está mostrando una realidad que conoce bastante bien y es que de hecho el director proviene de la región de Choco. Él mismo cuenta en diversas entrevistas que la idea para la película le surgió cuando observó a dos mujeres que hablaban de sus respectivos maridos, cuando en realidad eran la misma persona, es decir, estaban compartiendo marido.

Para la inteprete principal, el director cuenta con una mujer descendiente de familiares afroamericanos, Karen Hinestroza, con una trayectoria curtida especialmente en el mundo del teatro, y sin embargo su interpretación es más que digna de mención. Claro ejemplo de que las luces de Hollywood ciegan a uno en muchas ocasiones.

Chocó es cine valiente y comprometido. En resumidas cuentas, cine del que hace falta.

http://neokunst.wordpress.com/2013/07/10/analisis-filmico-choco/
Kyrios
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