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Voto de Kyrios:
9
Drama. Bélico Crónica de la vida de un soldado soviético durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), de los sufrimientos y sacrificios que tuvo que afrontar en medio de un mundo de destrucción y muerte. (FILMAFFINITY)
5 de octubre de 2019
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
El destino de un hombre (1959) se trata de una de las películas soviéticas más reconocidas sobre la II Guerra mundial. Seguramente, porque a diferencia de las grandes películas de dicha cinematografía, no se centra en un episodio bélico determinado o en una figura histórica, sino que nos presenta una visión general sobre la guerra, desde un punto de vista que ya no es el de un soldado siquiera, sino el de un ciudadano normal. La película reunió a más de 39 millones espectadores y se encuentra en el puesto 97 de películas más vistas en la URSS.

La obra está dirigida por Sergey Bondarchuk, que a pesar de ser un nombre totalmente desconocido en España es de capital importancia en Rusia. Bondarchuk debutó en el mundo del cine con una película que fue muy exitosa en la URSS, La Joven Guardia (1948). A partir de entonces apareció en varias películas, como en Almirante Ushakov (un biopic sobre el célebre marino ruso que venció a Horatio Nelson) o en una versión soviética de Otelo, la obra de Shakespeare. Pero fue con la película que nos ocupa que Bondarchuk se pasó a la dirección.

Así, nos encontramos con una película que dirige y a la misma vez interpreta como protagonista principal. Y a fe que ambos trabajos los realiza a la perfección. Por otra parte, la película adapta la obra del brillante escritor soviético, Mijáil Shójolov (1905-1984), de título homónimo.

La película se diferencia de otras películas soviéticas bélicas como Oficiales (1971) o la coetánea Balada de un soldado (1959) porque precisamente el protagonista no es en realidad un militar, sino que es un simple hombre que se ve obligado por la guerra a enrolarse en el ejército después de la invasión nazi.

Pero no solo eso, en realidad ni siquiera nuestro protagonista llega a entablar conflicto contra los nazis. Porque más que cine bélico, la película se ambienta precisamente en ese contexto bélico para ofrecer una historia de como afectó a todos los estratos de la sociedad, incluido la gente que poco tenía que ver con el ámbito bélico. La película se abre en el presente, cuando se nos presenta a nuestro protagonista y a su hijo. En una conversación empezará a relatar el pasado, y ahí empezará la película utilizando el recurso del flashback.

La historia que nos cuenta el protagonista principal poco tiene que ver con batallas épicas o honor bélico. Ni siquiera hay una batalla en toda la película. La cinta se detiene a mostrarnos el cautiverio de nuestro protagonista en las tropas nazis, así como diversos intentos de fuga.

Rodada en 1959, año coetáneo en que se estaban rodando películas de una importancia crucial dentro del desarrollo del lenguaje cinematográfico, como Los 400 golpes (1959) de François Truffaut o poco tiempo antes de la mítica Al final de la Escapada (1960) de Jean-Luc Godard, lo cierto es que la cinta de Sergey Bondarchuk poco tiene que envidiar en cuanto a lenguaje cinematográfico se trata.

Por ejemplo, el momento en el que el personaje principal huye de los nazis pero sufre un accidente y el vehículo en el que se mueve pierde el control, la cámara emula ese mismo movimiento de pérdida de control, realizando varios tirabuzones que conjugan perfectamente con la sensación que pretende transmitir el director, y que además resultan de una complejidad elevada.

Se pueden citar más ejemplos. Otro momento bellamente elaborado es cuando nuestro protagonista consigue escapar del cautiverio nazi y llega a un maizal donde se tumba para descansar. En ese instante la cámara se eleva por los aires para retratar la escena mediante un plano cenital que además de un bello esteticismo también sirve para mostrarnos la propia filosofía de la Guerra: Un absurdo donde la humanidad se ha vuelto un valor sin sentido. Fundido con la naturaleza, nuestro protagonista es capaz de respirar, aunque por poco tiempo, porque enseguida los nazis lo vuelven a capturar.

A una puesta en escena efectiva le podemos añadir un diseño de producción que no está a menos nivel. La película tiene numerosos escenarios por exigencias del propio guión (pues la historia transcurre en numeroso lugares por donde pasa nuestro protagonista). Por ejemplo, un momento bastante destacable tiene lugar cuando los nazis llevan a los soldados soviéticos capturados. Dicha escena transcurre en una iglesia ortodoxa que se encuentra medio derruida. Todos los elementos de producción funcionan a la perfección y la inmersión es total, el espectador tiene una sensación muy real de estar dentro de esa misma escena. 

Otro momento bien reconstruido tiene lugar en un campo de concentración nazi, que también aparece retratado con fuerza y con una creíble verosimilitud. 

Concluyendo, podemos decir que se ha ido asentando como una de las mejores películas de toda la historia de la cinematografía soviética, a pesar de que ya han pasado más de cincuenta años desde su exitoso estreno en 1959. El Destino de un hombre es una película indispensable para cualquier amante del cine.

Crítica escrita para https://cinemagavia.es/
Kyrios
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