Antes que nada quiero dejar claro que no he visto el original de 1974 con Burt Reynolds de protagonista, así que mi crítica será más objetiva sin tener que entrar en las dichosas comparaciones. Lo que si me resulta muy curioso es que con lo que me gustan estos temas deportivos, mezclados con la prisión, no la haya visto antes, y han pasado casi 14 años, en fin.

Me ha encantado el toque cómico de Adam Sandler como máximo protagonista, sin tener que exagerar en el apartado cómico, para mi está soberbio. Sabiendo diferenciar cuando hay que ser gracioso y cuando mantener la boca cerrada o sacar el lado dramático, que lo hay, pregunten a Chris Rock a quien su papel le viene como anillo al dedo. El reparto es fantástico, no tendría hueco para mencionarlos a todos, pero me ha alegrado mucho la vista ese papel en plan homenaje que se le hace a un grande que nos dejó el año pasado, Burt Reynolds, y la importancia de su papel. La trama consiste en llevar a cabo un partido de reclusos contra guardianes y dar rienda suelta a todas sus rencillas, al menos por un día y de forma "legal".

En películas de ésta índole, suele fallar el tema del enemigo, aquí eso ni por asomo, no luce lo mismo si tu rival no está a la altura, y los guardias están en una forma espectacular, donde brilla el músculo y la fuerza en todo momento. Para ello se debe buscar un equipo a la altura y de eso se encargará sin dudas el personaje de Sandler, quien no cuenta con una acogida favorable cuando llega a prisión por una causa de amaño de partido en su época de profesional.

La película tiene un ritmo altísimo que no te da tiempo a pestañear, con unas escenas sobre el campo del máximo nivel, con una banda sonora espectacular y bastante entretenida. Muy recomendable.