La década de los 80 fue muy importante en muchos aspectos, unos positivos y otros no tanto. En lo positivo recalcaría el buen cine del cual disfrutamos y quizás para el que aquí aporrea el teclado, la mejor en cuanto a música.

En lo negativo, apareció una droga que se ha arraigado a nuestro mundo desde entonces, hablamos de la cocaína y surgió una enfermedad que se llevó y se sigue llevando, muchas vidas por delante. Me refiero al Sida. Este precisamente es el tema principal que nos trae el director Jean-Marc Vallée. Basado en un hecho real, el protagonista Ron Woodroof, drogadicto y mujeriego y cowboy de profesión, es diagnosticado con ceropositivo y le dan 30 días de vida. A raíz de ahí se niega a aceptar ese corto futuro y se mete en una causa común, tratarse con un fármaco muy problemático y prohibido, pero el único que puede frenar su enfermedad.

Se suele hablar que todos cambiamos cuando vemos a la señora de la Guadaña por nuestro alrededor, indicando que nos acercamos al final del camino y como nos agarramos a la vida. Ron hará un cambio radical no solo en su vida, sino en su comportamiento, en sus pensamientos y en la gente que lo rodea.

La historia nos lleva por ésta década y este mundo extraño. Como se pensaba en esa época y los medios de los cuales disponían cuando apareció la enfermedad. Si todo esto es amenizado con una soberbia interpretación de Matthew McConaughey, que para mi y de forma independiente a los premios obtenidos, es junto a su personaje en la serie True Detective sus mejores interpretaciones en la pantalla. Jared Leto está increíble también, este borda todo aquello que toca, actuación, música. Que siga creciendo para nuestro disfrute.

Increíble la transformación física de ambos para interpretar ambos papeles, muchas horas sin comer, así solo es posible.

Recomiendo a todo aquel interesado en la película, que lea algo sobre el protagonista y su forma de ver el mundo antes y después de la enfermedad.