Mercenario debe ser una película que muchos jóvenes y a su vez sus propios padres deberían ver. Por un lado los jóvenes para que tengan claro que cuando deseas algo y estás dispuesto a luchar hasta la última gota de sudor por conseguirlo, se suele dar la recompensa a su debido tiempo. Y los padres, para que recuerden, que un hijo no es ni una propiedad, ni un objeto para pagar sus frustraciones del pasado.

Mercenario enseña esa parte tan triste en una sociedad bastante diferente a la que solemos ver a diario. Un chico con unas características físicas muy buenas para poder ser una estrella en el deporte, sin embargo, no cuenta para nada con el apoyo de su progenitor, quien solo ve en él a un fracasado sin futuro. Al cual no apoyará para nada en ese sueño de ser alguien en la vida a través del deporte.

La historia está muy bien contada desde el punto de vista del narrador y para el espectador también, realmente te da más la sensación de estar contemplando un documental que una película en sí. Viviremos el proceso de adaptación de un chaval de aldea, a una gran ciudad y a una vida muy diferente. El dinero, el alcohol, las drogas, las chicas y como responde a cada nuevo reto.

Muy interesante película.