Luego de la retahíla de éxitos de taquilla de las comedias mexicanas que se han estrenado en los últimos doce meses, llega Fachon models, otra comedia romántica que hace uso y abuso de los estereotipos, y que busca señalar y subrayar dichos estereotipos para causar la risa del espectador.

Ulises es un actor que trabaja en infomerciales, ha protagonizado algunas campañas publicitarias en la televisión por la gracia de estar gordo, y empieza a ser reconocido en las calles, pero el lo que en realidad anhela es actuar en teatro. Su amigo el Charal también aspira a ser actor de infomerciales y asiste a todos los casting donde siempre es rechazado por feo.

Un día en una fiesta se reencuentra con la que fue una compañerita de la escuela, su amor de la niñez, y a partir de este encuentro se iniciará una forzada historia de amor que tendrá sus complicaciones, y que después motivará a Ulises a enfrentar su odisea personal en pos de conseguir su verdadero sueño en la vida.

La película es un compendio de clichés que se suceden uno tras otro, con diálogos convencionales y escenas cortas que parecen salidas de algún mal programa unitario de comedia con su respectivos remate, y situaciones planteadas que nunca terminan de resolverse.

A pesar de contar con actores con carrera y prestigio (Héctor Jiménez, Edgar Vivar, Jorge Arvizu, en una de sus últimas apariciones), estos son totalmente desaprovechados, la crítica mordaz que pretende hacer contra la publicidad televisiva y contra los estereotipos que ésta impone termina siendo blanda.

Fachon models es una película entretenida y bien intencionada, pero hueca e intrascendente.