Luego de su debut con Geo-Tormenta, estrenada el año pasado, el director Dean Devlin, habitual colaborador de Roland Emmerich, se mueve de la ciencia ficción a un thriller que durante su primera hora funciona bastante bien.

Sean Falco (Robert Sheehan) es un joven fotógrafo que no se resigna a tener un trabajo de oficina por lo que rechaza una oferta conseguida por su padrastro, debiendo trabajar por las noches como valet parking de un restaurante italiano junto a un amigo Derek (Carlito Olivero).

Ambos aprovechan su posición para entrar a robar a las casas de los dueños de los autos mientras estos cenan en el restaurante, pero todo se complica la noche que Cale Erendreich (David Tennant) arriba al lugar en su Maseratti, Sean se dirige en el auto a la casa de Cale mientras Derek vigila al comensal, pero al llegar, el joven fotógrafo descubre que Cale mantiene secuestrada y amordazada a la joven Katie (Kerry Condon), Sean debe apurarse para abandonar la casa ante el aviso de Derek de que Cale espera su auto, por lo que Sean deberá decidir lo que debe hacer para poder ayudar a la chica mientras lleva el auto de regreso a su dueño.

El inicio de ‘Bad Samaritan’ no puede ser mejor, Devlin demuestra tener buena mano para generar una tensión que se desborda en un relato que atrapa de a poco y consigue sostener esa atmósfera durante buena parte del metraje.

Parte de ese buen inicio se debe a un guion bien estructurado, que pone en la escena a personajes bien desarrollados dejando bien en claro las relaciones e interacciones entre ellos, mientras se fortalece el enfrentamiento entre el joven que pretende ser héroe y el psicópata que ayuda a sostener la tensión.

Pero mucho de lo conseguido se diluye en el último tercio, la narración se torna torpe, las decisiones de dirección debilitan a sus personajes, difumina la tensión y todo se vuelve predecible y muy convencional.

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