Tras 6 películas de los X-Men y dos en solitario, Hugh Jackman le dijo no más a su personaje más emblemático y junto a James Mangold presentan lo que será la despedida del actor dentro de la piel de un personaje que ha hecho historia, en una película con personalidad propia que se eleva por encima del subgénero al que pertenece y ofrece lo que será una despedida inolvidable.

La historia se ubica en un futuro cercano, es el año 2029, los mutantes casi se han extinguido, Logan maneja una limusina en El Paso, Texas, con cero glamour, lejos de lo fue Wolverine en su momento y con los achaques propios de la edad y de su particular genética.

Cada noche él cruza la frontera hacia México donde tiene oculto al profesor Xavier, senil y dependiente de medicamentos y al cuidado de Caliban, uno de los pocos mutantes que sobreviven y con capacidad de rastrear mutantes. El cerebro de Xavier ha sido considerado por el gobierno como un arma de destrucción masiva por lo que es buscado, además, el gobierno anda tras la pista de una mujer que busca a Logan para que traslade a una pequeña de nombre Laura, una niña con poderes a la que debe llevar a un lugar para que se encuentre con otros chicos, los últimos mutantes nacidos en el mundo.

‘Logan’ es un western en forma, en su estructura e incluso con una referencia directa a ‘Shane’, la película de 1953 de George Stevens con la que guarda ciertas similitudes narrativas. El relato es sereno en su mayor parte y está lejos del ritmo frenético del cine habitual de superhéroes, a excepción de un par de secuencias de acción, las cuales se diferencian del resto del subgénero por su alto contenido de violencia y sangre, pero brutalmente efectivas.

Lo que más se destaca es el trazo de sus personajes, desbordados en humanidad, decadentes y con una complejidad poco habitual en películas destinadas al gran público, que emprenden un viaje hacia su destino geográfico, pero también a otro más interno, donde emergen las figuras de sus intérpretes, un Hugh Jackman en su mejor trabajo, y Patrick Stewart lo mismo frágil que imponente, y la acertada inclusión de la pequeña Dafne Keen como la pequeña Laura, todo un descubrimiento.

Así, ‘Logan’ pone punto final a un personaje que se despide de la mejor manera, con un homenaje autoconsciente al mundo de los cómics incluido, y que pone la vara bastante alto, a la altura de ‘Dark Knight’ de Nolan, pero sin su solemnidad, y si en un filme lleno de emotividad, conmovedor como pocos y con la posibilidad de darle al subgénero de superhéroes nuevas posibilidades dentro del séptimo arte.


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