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Voto de washboardplof:
8
Drama. Musical Biografía del compositor ruso Tchaikowsky, un hombre torturado que sólo era feliz con su música. A pesar de su condición homosexual, se casa con Nina Milukova, una joven apasionada y neurótica. Un matrimonio fracasado que le lleva al borde del suicidio y acaba con la salud mental de su mujer. Las relaciones de Tchaikowsky con su mecenas, Madame von Meck, también se deterioran cuando ésta se entera de su pasado amoroso. Incapaz de ser ... [+]
23 de abril de 2012
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ken Russell es un director que tiene tantos detractores como admiradores. En efecto, resulta difícil comulgar con los excesos en la dirección de Ken Russell. Aunque quizá en esta ocasión no resulten tan fuera de lugar como en otras de sus películas. Se trata de Tchaikovsky, un compositor de la época romántica, ruso, homosexual, un genio bastante descarriado en su vida privada. Y todo ese histerismo de Ken Russell, sus escenas delirantes, sus recreaciones del subconsciente, las actuaciones con gritos y aspavientos, aquí sirven como buena introducción a la desorientada vida del genio. Sí, y esos exagerados movimientos de cámara que Russell usa como forma, aquí poseen también contenido, ya que de algún modo subjetivizan la narración, pues uno se figura fácilmente todo ese caos en la delirante imaginación de la cabeza de Tchaikovsky. Puede que sea simplemente casualidad, pues he visto a Ken Russell usar esas formas en otras historias que no las necesitaban, pero ahí están, y en esta película funcionan. En cualquier caso, esa es la visión del director de la trágica (mejor todavía, patética, como su última sinfonía) vida de Tchaikovsky.

A Ken Russell se le ha llamado "precursor del videoclip". Tampoco creo que sea para tanto, pero sí es verdad que he visto esa estética en películas modernas, usada con mucha menos elegancia (estoy pensando en Aronofsky y el final de su "Réquiem por un sueño", que es como llevar esas premisas formales mucho más allá del límite razonable). Y, al fin y al cabo, A Tchaikovsky en su época se le criticó por lo mismo, por tendencia al exceso y estética vacua. Y no olvidemos que todas las escenas están puntuadas a la perfección por la mismísima música de Tchaikovsky, y en ningún momento se nota un alejamento emocional entre las imágenes y la música. Quizá eso sea una prueba de que Ken Russell no andaba tan desacertado...
washboardplof
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