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España España · ALCALÁ DE HENARES
Voto de Inaki Lancelot:
5
Drama Dos parejas ocupan mesas cercanas en un restaurante de moda. Elena y Chus, aunque cenan con un grupo de amigos, no dejan de discutir. Sara y Óscar intentan evitar el naufragio de su matrimonio. Las dos parejas consiguen llegar a una solución transitoria para sus problemas. Pocos años después, coinciden de nuevo en la zona de urgencias de un hospital. Elena y Chus comparten un hijo, pero han tomado rumbos diferentes. Sara y Óscar han ... [+]
20 de marzo de 2009
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llaman enfermedades del alma a las afecciones del ánimo recurrentes, las que hacen que el sujeto paciente se levante con el pie cambiado sin causa aparente, que se socialice de forma problemática o que llegue a flirtear con el suicidio, cuando no a consumarlo.
En “Tiempo de tormenta”, llueve en el corazón de Chus, quien cabalga a lomos de una dependencia embriagadora que imposibilita su convivencia con Elena, su mujer, y de la asunción de su papel de padre ante Santi, el hijo de ambos.
Llueve también siempre en el interior de Sara, mujer menguante que va diluyéndose hacia la desaparición.
Los proyectos profesionales y personales de ambos naufragan al tiempo que la botella o la aguja van tomando un espacio preponderante en sus vidas. Terminarán llegando al internado de recuperación de descarriados, la entidad que esta sociedad ha ido encontrando para resolver su problemática.
El centro cumplirá su objetivo y devolverá a la vida común a ambos. Pero, llegados a ese momento, ya no cuentan con el apoyo, aprecio y entrega incondicional de todos los suyos. En el camino se han destruido lazos y amores. Su caída ha provocado dolor y no todo vuelve a ser como al principio.
Pedro Olea, el director, se centra en las parejas de ambos. En Elena, la mujer amorosa que sufre y ama hasta que el límite de lo sostenible, sin cruzarlo. En Óscar, de carácter más pragmático y más capaz de rehacer su vida dejando atrás el pasado. La solución será dual y dependerá de la fuerza íntima de cada uno.
El film bebe de la fuente de Guillermo Arriaga, guionista de “Amores perros”, sin llegar al nivel de complejidad del mexicano. En la escena inicial coinciden personajes de vidas no relacionada a priori, que casualmente terminan engarzando entre sí.
Como colofón, el realizador confunde la capacidad de ser feliz con el triunfo social y libera a este mundo de los malos y los débiles adoptando una perspectiva algo reaccionaria. Una producción correcta técnicamente y bien interpretada, aunque quizá no totalmente sentida por director y protagonistas.
Inaki Lancelot
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