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Polonia Polonia · Suena Wagner y tengo ganas de invadir
Voto de Normelvis Bates:
7
Drama Retrato de un grupo de adictos a la heroína que vagabundea por el "parque de la aguja" en la ciudad de Nueva York. Una de las películas preferidas por el propio Al Pacino de toda su carrera. (FILMAFFINITY)
2 de julio de 2011
56 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay un par de motivos por los que está sonando “Just like a woman” mientras empiezo a escribir estas líneas acerca de un lugar que existe y existió aunque nunca llegara a salir en los mapas, no al menos con ese nombre. Está y estuvo en el Upper West Side de Manhattan, en la intersección entre la calle 72 y Broadway y a sólo un par de manzanas del lugar en el que fue asesinado John Lennon, y fue y sigue siendo una pequeña plaza llamada Sherman Square. En los años 60 y 70, sin embargo, en pleno auge del consumo de heroína, aquel lugar se convirtió en el refugio habitual de yonquis y camellos y pasó a ser conocido como Needle Park, el Parque de la Aguja.

El primero de los motivos es que en “Pánico en Needle Park” no suena una sola nota de música. A diferencia de muchas otras pelis acerca del mundo de la droga, se apuesta por un discurso átono, lacónico e hiperrealista, cercano al del documental y muy alejado, por poner un par de ejemplos recientes, del desparpajo visual de “Trainspotting” o del machacón y narcisista sermoneo de “Réquiem por un sueño”, que hurga sin exhibicionismos ni moralina en las sórdidas rutinas de Bobby y Helen, dos seres débiles y desnortados que se necesitan el uno al otro casi tanto como a la droga. Sin ser una gran película, “Pánico en Needle Park” retrata al menos, de modo veraz y humano, las flaquezas y las patéticas quimeras de una pareja que corre hacia ninguna parte y debe fingirse un destino nuevo cada día si quiere sobrevivir.

No parece descabellado, como dicen, que Coppola convenciera a los productores de “El Padrino” de que Al Pacino debía ser Michael Corleone gracias al visionado de esta peli. Su excelente composición del raterillo y camello de tres al cuarto Bobby está a la altura de su, a ratos, desmedida leyenda como actor. Quien está realmente soberbia, en todo caso, es Kitty Winn, una actriz que, a diferencia de Pacino, se desinteresó pronto por el cine y llegó a rechazar papeles como el de Connie Corleone o el de teniente Ripley, y que ganó la Palma de Oro de Cannes gracias a su conmovedora Helen, un ser frágil y desorientado que, como dice la canción de Bob Dylan, lo hace todo como una mujer hasta que echa a llorar como una niña.

Y eso me lleva al segundo de los motivos. Esta peli sigue siendo, junto con la posterior y más que notable “El espantapájaros”, lo mejor de la más bien mediocre filmografía del fotógrafo y cineasta Jerry Schartzberg, un tipo que más que por su carrera como director será siempre recordado por el ser el autor de la foto que ocupa la portada del maravilloso “Blonde on blonde”, el disco que contiene “Just like a woman”, dedicada, como “Like a rolling stone”, a la actriz y modelo Edie Sedgwick, que murió de sobredosis, con 28 años, unos pocos meses después del estreno de esta peli. Una foto pálida y desenfocada y tomada en 1966 en el barrio de Chelsea, cinco años antes y unas treinta calles más abajo del pánico que ahoga a Bobby y a Helen en el Parque de la Aguja.
Normelvis Bates
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